LA RESPONSABILIDAD SOCIAL ORGANIZACIONAL (RSO).
Prof. Oscar Bastidas-Delgado.
Universidad Central de Venezuela (UCV).
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El mundo y sus problemas presagian tiempos difíciles, no en vano Edgar Morin en su artículo “Estamos en un Titanic”, fundamenta la necesidad de la salvaguardia vital de los humanos, pues la concepción del desarrollo técnico-económico trae como consecuencia “…el individualismo, en el sentido de pérdida de las solidaridades tradicionales y el egocentrismo, que también destruye y olvida las solidaridades…”. Morin agrega, a propósito del Planeta: “no debemos ser simples objetos en este Titanic sin piloto, sino que debemos cambiar y ser sujetos de la aventura humana”. Esta afirmación, sin duda, una consideración ética que aborda el problema de las responsabilidades individuales y colectivas ante los problemas del mundo.
En ese contexto son numerosos los esfuerzos realizados para dejar de ser espectadores; esa preocupación trasciende, y las empresas y los Estados asumen posiciones al respecto. Francia por ejemplo, promulgó una Ley que establece el uso de indicadores sociales como instrumento para medir la actuación empresarial desde la perspectiva social ; la Comisión de las Comunidades Europeas presentó, el 18 de julio de 2001, el Libro Verde; “Fomentar un marco europeo para la responsabilidad social de las empresas” que tuvo su origen en el llamado a las empresas europeas por el entonces Presidente de esa Comisión, Jaques Delors, para que participaran en la lucha contra la exclusión social del año 1993; ello dio lugar a una movilización importante y a la creación de redes europeas de empresas.
1. – LOS PROBLEMAS DEL PAÍS COMO PUNTO DE PARTIDA.
La referencia a Morin coloca como marco de los problemas sociales al planeta mismo. Un panorama de América Latina y particularmente de Venezuela mostraría problemas graves como escasez, desnutrición, inseguridad, analfabetismo, desigualdad en materia de distribución del ingreso y acceso a activos productivos entre otros. La falta de equidad y el bajo crecimiento de los últimos tiempos ponen en peligro el cumplimiento de los Diecisiete Objetivos de las Naciones Unidas adoptados en septiembre 2015 en la Agenda de Desarrollo Sostenible para 2030 por un Planeta Autosustentable.
Resultados preliminares muestran que Venezuela tiene serias dificultades para reducir la pobreza extrema; los problemas del país ameritan un alto contenido social; en paralelo, la preocupación de las empresas por lo social debería crecer pero pareciese que no es así pues lamentablemente en numerosas empresas marginan elementales “cortesías sociales” hacia sus stakeholders y medio ambiente.
2.- LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL (RSE).
La RSE no debe ser un simple “condimento de lo empresarial”, debe ligarse a lo estratégico y ser respuesta voluntaria y consciente de quienes, desde las empresas y otras organizaciones como universidades, partidos políticos, iglesias, cooperativas, ONGs, y otras, puedan contribuir a enfrentar problemas sociales integrando la RS sus operaciones cotidianas.
Siendo así, ella implica un añadido de valor y una empresa que la practique debe considerar sus obligaciones legales y operativas como punto de partida para adicionarle valor social, sin imposiciones extrañas como las políticas, y registrar ese añadido en su Balance Social (BS) para hacerlo del conocimiento de quienes en ella se interesan y, de ser posible, invitarlos a participar en sus acciones mediante esquemas de corresponsabilidad. Una empresa que desee ser exitosa en “lo social” debe dotarse de apropiados instrumentos de gestión, el BS es primordial.
– La dimensión ética y los valores en las actividades empresariales.
El Libro Verde de Bruselas define la RSE como
“La integración voluntaria, por parte de las organizaciones, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y en sus relaciones con sus interlocutores”.
Por su parte, para la Organización Internacional para la Estandarización (ISO por sus siglas en inglés),
“son las acciones de una organización para asumir su responsabilidad por los impactos que sus actividades tienen en la sociedad, y el ambiente; las cuales deben: Ser consistentes con los intereses de la sociedad y el desarrollo sostenible; estar basadas en el cuidado ético y cumplimiento con las leyes aplicables e instrumentos intergubernamentales; y estar integradas en las actividades cotidianas de la organización” .
El autor de estas líneas la entiende como
“La decisión voluntaria de los responsables de una empresa que, con sus valores, principios y códigos, asumen compromisos públicos, creíbles y transparentes con sectores de ella y de la sociedad, acompañándolos en la superación de sus problemas sociales y ambientales con acciones que trascienden las actividades operativas y las impuestas por leyes. La RS se inicia por casa».
En todo caso la RSE se inicia desde la constitución misma de la empresa hacia sus fundadores y, en misma medida en que crece, se expande a ejecutivos, empleados, proveedores y clientes, hasta llegar a las comunidades y lo ambiental. En cuanto al BS, sus impactos son de tal magnitud que se habla del Triple Balance, entendiendo como tal, según el Libro Verde, la contribución combinada de las empresas en la prosperidad económica, la calidad del medio ambiente, y el capital social; es decir, mide costos y beneficios en lo económico, lo social y lo medioambiental.
Toda empresa debe fomentar el valor de la transparencia con: 1. – Códigos de conducta; 2. – Normas de gestión; 3. – Medición, informes y validación; 4- Etiquetas con información sobre los productos; y 5. – Inversión Socialmente Responsable. A las variables tradicionales de la RS se han sumado las del Desarrollo Humano. Como señala Gertsacov, “la responsabilidad social implica ser eficiente, cumplir con la ley, ser ético e integrar proactivamente los stakeholders” .
Pero la responsabilidad no queda allí, ella debe trascender a la sociedad y amerita del concurso de otras empresas y de las comunidades potencialmente receptoras de sus bondades para ello, mediante diagnósticos compartidos y consensos con participación de los afectados ante los problemas que se desean atacar.
3.- HACIA UNA INTERNACIONALIZACIÓN DE LA RSE.
Existen acuerdos internacionales y marcos comunes para fomentar la dimensión global de la RSE. Entre los primeros resaltan las directrices de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que constituyen el conjunto más exhaustivo de normas para las empresas multinacionales, y las normas fundamentales de trabajo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Los marcos por su parte, tienen por objeto definir prácticas y principios básicos, destacan tres: 1. – El de la Global Reporting Initiative (GRI), organización fundada en el año 1997 en USA por el CERES, organización sin fines de lucro que impulsa el desarrollo sustentable, y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), con el fin de impulsar la elaboración de memorias de sostenibilidad o balances sociales en todo tipo de organizaciones gracias a su Marco para la Elaboración de Memorias de Sostenibilidad; 2. – El de la Investors for Africa, World business at the global level, Council for Sustainable Development; y 3. – el de las Naciones Unidas, propuesto por su Secretario General en el Foro Económico Mundial de Davos en enero 1999 bajo el nombre de Pacto Mundial: Liderazgo empresarial en la economía mundial .
3.1. – El Pacto Mundial de las Naciones Unidas.
Este pacto posee diez principios:
– Derechos humanos: 1.- Las empresas deben apoyar y respetar la protección de los derechos humanos proclamados a nivel internacional; y 2.- Evitar verse involucradas en abusos de los derechos humanos;
– Normas laborales: 3.- Las empresas deben respetar la libertad de asociación y el reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva; 4.- La eliminación de todas las formas de trabajo forzoso y obligatorio; 5.- La abolición efectiva del trabajo infantil; y 6.- La eliminación de la discriminación respecto del empleo y la ocupación.
– Medio Ambiente. 7.- Las empresas deben apoyar la aplicación de un criterio de precaución respecto de los problemas ambientales; 8.- Adoptar iniciativas para promover una mayor responsabilidad ambiental; y 9.- Alentar el desarrollo y la difusión de tecnologías inocuas para el medio ambiente.
– Corrupción. 10.- Las empresas deberán trabajar en contra de la corrupción en todas sus formas, incluidas la extorsión y criminalidad
El Pacto agrupa empresas, asociaciones internacionales de trabajadores y organizaciones no gubernamentales con organismos de las Naciones Unidas y otros para fomentar la colaboración y crear un mercado mundial más equitativo e incluyente. Su objetivo es que la adopción de valores y principios compartidos den un rostro humano al mercado mundial.
Según la ONU
“La aplicación de los principios es un proceso a largo plazo que requiere del compromiso continuo de mejora y cambio organizacional. No existe una formula única para aplicar los principios dentro del modelo de gestión de una organización De hecho, varios modelos y enfoques de gestión pueden ayudar y enriquecer el proceso de implementación”.
El Pacto invita a las Empresas a participar en proyectos de colaboración que promuevan objetivos más amplios de la ONU como los de Desarrollo del Milenio y a constituir redes nacionales que implementen acciones relativas a los principios en determinados sectores o contextos geográficos. Lamentablemente numerosas empresas firmantes del Pacto no han cumplido con las pautas contraídas por lo que el Pacto ese encuentra en proceso de revisión.
3.2. – Normas Internacionales.
Desde hace algunos años, la preocupación por atender de manera seria los requerimientos de la RSE ha impulsado intereses mundiales. Las menciones a la ONU y al Libro Verde corroboran en parte ese interés, así como la Norma SA 8.000, y la Norma ISO 26.000 de Responsabilidad Social, ambas últimas protocolos voluntarios que ameritan verificaciones que garanticen condiciones laborales mínimas y acciones efectivas de las empresas en sus sociedades. Se presentan dos:
3.2.1- La Norma SA 8000 sobre los Derechos Humanos.
Impulsada por la Social Accountability International (SAI), organización sin fines de lucro dedicada al desarrollo, implementación, y supervisión de estándares de responsabilidad social demostrables, sustentada a su vez en los estándares internacionales de Derechos Humanos como la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU y la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño. Sus principios se basan en los derechos que toda sociedad debe garantizar por lo que las empresas deben adoptarlas de acuerdo a una concepción moderna del bien común. Son nueve normas relacionadas con la prohibición del trabajo infantil; el trabajo forzoso; la seguridad y salud de los trabajadores; libertad sindical y derecho a la negociación colectiva; jornada laboral y salarios justos; eliminación de las prácticas disciplinarias y discriminatorias en los centros de trabajo, y plazos para implementar la norma.
3.2.2.- La Norma ISO 26.000 de RSE ¿o de RSO?.
Iniciada su elaboración por la ISO en el 2005 y aprobada en octubre 2010, es una guía orientadora de aplicación voluntaria no verificable, con pautas de actuación para todo tipo de organizaciones en áreas relacionadas con la RS como los derechos humanos, los de consumidores o el medio ambiente. Ella entiende que la RS se corresponde con todas las organizaciones y no solo las que tienen “carácter empresarial”.
A partir de esa concepción, puede entenderse que la RS atañe a todo tipo de organización, incluyendo iglesias, partidos políticos y otras que no entran realmente en el círculo de lo empresarial como las de Economía Social.
Sus objetivos son: 1. – “Asistir o ayudar a las organizaciones a establecer, implementar, mantener y mejorar los marcos o estructuras de RS; 2. – Apoyar a las organizaciones a demostrar su RS mediante una buena respuesta y un efectivo cumplimiento de compromisos de todos los accionistas y grupos de interés, incluyendo a los gestores, a quienes quizás recalcará su confidencia y satisfacción; facilitar la comunicación confiable de los compromisos y actividades relacionadas a RS; 3. – Promover y potenciar una máxima transparencia. El estándar será una herramienta para el desarrollo de la sustentabilidad de las organizaciones mientras se respetan variadas condiciones relacionadas a leyes de aguas, costumbre y cultura, ambiente psicológico y económico; 4. – Hacer también un ligero análisis de la factibilidad de la actividad, refiriéndose a los asuntos que pueden afectar la viabilidad de la actividad y que requieren de consideraciones adicionales por parte de ISO”.
Como beneficios esperados plantea: 1. – “Facilitar el establecimiento, implementación y mantenimiento y mejora de la estructura o marcos de RS en organizaciones que contribuyan al desarrollo sustentable; 2. – Contribuir a incrementar la confianza y satisfacción en las organizaciones entre los accionistas y grupos de interés (incluyendo a los gestores); 3. – Incrementar las garantías en materia de RS a través de la creación de un estándar único aceptado por un amplio rango de stakeholders.
También: 4. – Fortalecer las garantías de una observancia de conjuntos de principios universales, como se expresa en las convenciones de las Naciones Unidas, y en la declaración incluida en los principios del Pacto Global y particularmente en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, las declaraciones y convenciones de OIT, la declaración de Río sobre el medioambiente y desarrollo, y la Convención de las Naciones Unidas contra la corrupción; y 5. – Facilitar las liberaciones del mercado y remover las barreras del comercio (implementación de un mercado abierto y libre), complementar y evitar conflictos con otros estándares y requerimientos de RS ya existentes”.
4. – EL VOLUNTARIADO.
Cumplir obligaciones legales como crear empleos, cancelar salarios apropiados, aplicar debidamente leyes, pagar impuestos, y otras obligaciones, son acciones de responsabilidad legal, de responsabilidad ciudadana y no propiamente de RS; para ser calificadas como tales es necesario sobrepasar lo legal con el valor adicional mencionado, con la dosis de voluntariedad.
En otras palabras, será RS sólo si es voluntaria y trasciende lo legal con base en los valores y principios de quienes la ejecutan. Lo voluntario debe ser entonces parte activa de la empresa y expresión social que dona tiempo, habilidades y recursos. No significa esto que el cumplimiento de lo legal no se exprese en el BS, al contrario, es punto de partida y se coloca como ejemplo a seguir; no puede ser socialmente responsable aquella empresa que hace acciones sociales gracias al dinero acumulado por evasión de impuestos o no enterar aportes al erario público.
Al insertarse en la RSE los nuevos conceptos de desarrollo sustentable o sostenible , las concepciones sobre la RS se redimensionan, supera lo filantrópico, y exigen mantenimiento en el tiempo y posibilidad de medición. Al adoptar estos elementos, quien se involucra en una acción voluntaria la entiende como un hecho social responsable y comprometido pero también recíproco ya que el sector beneficiario debe estar voluntariamente dispuesto a siguientes acciones.
Como planteamiento inicial se manifiesta entonces que, las empresas que pretendan ser socialmente responsable deben establecer condiciones que permitan a sus actores vincularse a una labor social que si bien proyecta la imagen corporativa, evita actuar bajo la lógica de la eficiencia lucrativa, pues lo importante es el impacto social. Siendo así, un eje fundamental de la RSE es la inserción activa y voluntaria de los actores de una empresa en las acciones sociales que la empresa y ellos propongan, facilitadas y con condiciones de la empresa para, legítimamente, ser registradas en el BS.
5. – LA INVERSIÓN SOCIALMENTE RESPONSABLE (ISR).
La RSE conlleva la aplicación de recursos por la empresa y esa Inversión, como toda actividad estratégica empresarial, debe considerar: 1. – Las áreas sociales con mayores necesidades de intervención; 2. – La realidad de los afectados por los problemas que se desean atacar y su anuencia a aceptar las acciones; 3. – Las condiciones de la empresa: valores, actividades e intereses, ubicación; y 4. Las garantías de sustento de las acciones en el tiempo.
La IRS es considerada por numerosas agencias de calificación, consultores independientes, y departamentos de bancos de inversión, mediante criterios e indicadores para calificar los factores generadores de ventajas competitivas y éxito de las empresas socialmente responsables. Con el objeto de sensibilizar en esta materia, varios estados han adoptado disposiciones legales que obligan a las empresas a revelar factores sociales, medioambientales y éticos de sus decisiones de inversión como en los casos de fondos de pensiones a los que se exigen información sobre las empresas en las que invierten y publicar datos sobre sus resultados sociales y medioambientales, y como en exigencia a otras de incluir los riesgos sociales y medioambientales en sus folletos de ofertas públicas de acciones para mejor informar a potenciales inversionistas.
6. – LA RSE COMO ELEMENTO DIFERENCIAL PARA LA COMPETITIVIDAD.
Las empresas socialmente responsables: Crean un seguro y agradable ambiente de trabajo; garantizan fuertes lazos con sus stakeholders; incrementan el valor propio y el de sus stakeholders en mercados que aplican rangos éticos; prueban la eficiencia de su gerencia; obtienen créditos con mayor facilidad ante ciertas instituciones; en algunos casos y en ciertos países se benefician de regímenes impositivos especiales; reducen riesgos; y contribuye a formar y mantener un alto perfil empresarial.
Alguien afirmó que
“Una organización que funcione sobre valores y principios claramente definidos y compartidos por sus miembros y que, adicionalmente, muestre preocupación por los problemas de la sociedad y contraiga compromisos para superarlos, añade un valor excepcional a sus actividades e imagen”.
Sin duda alguna ese valor redundará en la conservación de los actuales clientes y en la consecución de otros, amén de la satisfacción adicional que la pertenencia a ella proporciona a sus directivos y empleados. Definitivamente, esas empresas agregan valor social a sus actividades y ese valor debe ser complementario de sus balances económicos. Como toda inversión, la social, debe ser objeto de monitoreos, seguimientos y evaluaciones que garanticen sus impactos, la herramienta idónea para ello es el Balance Social.
7. – EL BALANCE SOCIAL.
El BS es un documento que refleja el grado de RS de una empresa frente a la sociedad por lo que también es un instrumento de gestión ya que permite planear, organizar, dirigir, registrar, controlar y evaluar cuantitativa y cualitativamente la gestión e inversión social en los ámbitos interno, externo y medioambiental de la empresa. El BS también recibe los nombres de “Informe de RSE”, “Informe de Sostenibilidad” o “Memoria de Sostenibilidad”, aunque Sostenibilidad y RSE no son equivalentes se asumen como sinónimos. En Venezuela se habla de Balance Social. En otros países sirve como instrumento idóneo de apoyo a solicitudes crediticias, exoneraciones impositivas, y otras gestiones.
Sus objetivos son, entre otros: 1. – Facilitar la planificación, organización, dirección, ejecución, control y registro de las acciones de RSE de la respectiva empresa proporcionando apropiadas ventajas competitivas; 2. – Definir, reorientar, y actualizar políticas y programas de RSE; 3. – Facilitar el monitoreo de programas y acciones sociales, así como analizar la efectividad de las inversiones sociales; 4. – Mejorar la imagen y reputación de la empresa; 5. – Informar adecuada y transparentemente a otras empresas, al Estado, a la opinión pública, y a los propios clientes, acerca del desempeño social de la empresa.
El Balance Social tiene tres ámbitos definidos de acción :
1.- El Ámbito Interno. Se centra en la relación de la empresa con sus trabajadores, directivos y accionistas. En él se evalúa la caracterización socio-demográfica de la fuerza de trabajo, las condiciones laborales y de organización y representación del personal, los programas de salud ocupacional y de servicios sociales para trabajadores y familiares, y otros indicadores referidos al desarrollo del personal y su participación e integración en la empresa.
2.- El Entorno o Ámbito Externo-Societal. Considera las relaciones de la empresa con su ambiente externo directo en aspectos como la calidad e impactos de sus servicios y productos, relaciones interinstitucionales, y beneficios a comunidades aledañas y de la sociedad en general.
3.- El Ámbito Ambiental-Ecológico. Está referido a las acciones de la empresa y de sus actores en el ambiente de la propia empresa y en el ecológico que la rodea. En un sentido amplio abarca las relaciones e implicaciones ecológicas nacionales y mundiales.
Una empresa que desee ser socialmente responsable debe dotarse entonces del BS como instrumentos de gestión; él se nutre de la RSE desarrollada, registrando y analizando sus acciones.
Tres premisas orientan la RSE:
1. – No se impone, es la dosis de voluntariado que trasciende las obligaciones operativas y legales. Ella implica añadido de valor.
2. – Debe entenderse como la decisión voluntaria de los responsables de una empresa que, desde su propia ética, con sus valores, principios y códigos, asumen compromisos públicos, creíbles y transparentes con personas y sectores de la propia empresa y de la sociedad realizando acciones sociales que apuntan a la superación de problemas sociales y la mejora ambiental.
3. – Debe ser en sí misma un sistema estructural del área estratégica-corporativa. Para lograrlo, es necesario considerarla en la Misión de la empresa e interactuar con la totalidad de sus instancias.
8. – UN EJE CLAVE: LA UNIDAD DE RESPONSABILIDAD SOCIAL.
Solo ética no es suficiente para que la RS sea exitosa. Necesita respaldo estratégico institucional, particularmente del gobierno corporativo, ello implica que la RS esté contenida en el dúo Visiòn-Misión de la organización y posea rango de Objetivo Estratégico para así depositar sus acciones en una unidad ejecutora específica de los programas sociales con apropiado presupuesto de Inversión Social.
Esa Unidad, inserta en el organigrama obviamente, debería ser integrada por personas de reconocida sensibilidad social y disponibilidad de tiempo, ser presidida por el presidente de la organización con apoyo en una Coordinación General, tener su propio plan y cronogramas de trabajo, sumar voluntariado, aplicar apropiadamente el Presupuesto de Inversión, y rendir cuenta periódica de sus hechos mediante balances sociales o informes de sostenibilidad.
Esa unidad actuaria como cúpula del Sistema de RS, pudiera tener “nombre propio”, una suerte de marca distintiva para su presentación pública, como, por ejemplo, lo es Alianza Social para Venamcham, e incentivaría a directivos y trabajadores de la organización a constituir equipos de voluntariado que propongan y pongan en marcha con apoyo de la organización los programas sociales que considere convenientes.
Por la complejidad de sus objetivos y la especificidad de sus programas esta unidad regularmente necesita herramientas comunicacionales propias, condición es indispensable para la imagen de amplitud e imagen socialmente responsable que la organización desee construir y transmitir; quienes comuniquen deben conocer de RSE.