FRACASO GUBERNAMENTAL, FALSO COOPERATIVISMO Y EL CEMENTERIO MÁS GRANDE DEL PLANETA. LO QUE NINGÚN GOBIERNO DEBE HACER CON LAS COOPERATIVAS.
Prof. Oscar Bastidas-Delgado.
Universidad Central de Venezuela (UCV).
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Documento elaborado para el Seminario: Economía Social y Solidaria en América Latina, Desarrollo y Políticas Públicas, organizado por: Universidad Cooperativa de Colombia – Cali, Universidad Politécnica Metropolitana de Hidalgo (México), Universidad Nacional de Quilmes (Argentina), Universidad Politécnica Salesiana (Ecuador), Universidad Privada Del Norte (Perú), Corporación de Desarrollo Económico y Social (Chile), Corporación Universitaria Centro Superior Unicuces, Universidad Libre Seccional Cali. Caracas, 10 /06/2019
El presente documento se refiere a las Organizaciones de la Economía Social (OES), particularmente a las cooperativas y al pretendido impulso a ellas durante el período presidencial del fallecido Tte. Coronel (r) Hugo Chávez; tiene como objetivo promover un debate acerca de lo que gobierno alguno no debe hacer en cuanto al uso utilitario de las cooperativas y que ningún movimiento cooperativo debe permitir. Parte de una realidad: la indiscutible existencia en Venezuela del mayor cementerio de cooperativas del mundo y de un ejército millonario de frustrados por una propuesta de cooperativas sin concepto ni puerto de llegada alguno.
Lastimosa realidad que obliga a inventar un modelo de desarrollo que supere los rígidos límites de los dos pactos que han marcado los últimos 50 años del país: el partidista de Punto Fijo y el burocrático – militarista del Samán de Güere que, como todo militarismo, jamás reconocerá opciones democráticas y menos las autogestionarias que deben dominar en las OES.
Se aspira a un modelo que asuma el emprendimiento asociativo y la cooperación intersectorial con participación plena de todo ciudadano interesado como eje central de acción; uno que apoye la difícil reconstrucción de un movimiento que ha perdido credibilidad por el utilitario uso señalado a pesar de que varias cooperativas preexistentes al período mencionado y algunas de las “nuevas”, impactan positivamente a sus asociados y localidades. Uno que facilite la reconstrucción del Movimiento Cooperativo Venezolano (MCV) sobre el eje ético de la sinergia de los valores y principios cooperativos como base para la corresponsabilidad y el trabajo productivo de emprendedores y cooperativistas que asocien sus esfuerzos asociativos por la libertad y la democracia con una apropiada cooperación con sectores privados y públicos.
Este documento se inicia abordando preceptos básicos acerca de la ES, término con rango constitucional gracias a la movilización del MCV ante la asamblea Constituyente de 1999. Aborda referencias a la Identidad Cooperativa a partir del concepto de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), del cual extrae una conclusión clave: la doble dimensión Asociación – Empresa de las cooperativas que apoya la comprensión del fracaso en cooperativas del dizque Socialismo del Siglo XXI.
Presenta un panorama de las cooperativas con existencia previa a estos gobiernos, algunas aún exitosas y con reales impactos regionales a pesar de la hiperinflación y las nefastas políticas socio – económicas gubernamentales. Aborda los aportes del MCV a la Constitución Nacional y la Ley Especial de Asociaciones Cooperativas así como el andamiaje institucional con los ministerios relacionados con las cooperativas y supuestos modelos “populares y participativos” que finalmente condujeron al mayor cementerio mundial de cooperativas, unas 310.000 para el año 2014, sin contar el alto residuo de falsas y maletín que oxigenan los bolsillos de falsos cooperativistas y de inescrupulosos empleados públicos.
Finalmente el documento examina algunas causas del fracaso y señala los desafíos de los actores de la ES, particularmente de los cooperativistas, y del Ejecutivo Nacional, con miras a sentar las bases de una Política de Estado para el desarrollo de la ES.
01.- LA ECONOMÍA SOCIAL.
Desde siempre, han existido fórmulas de entreayuda y solidaridad mediante las cuales individuos, grupos y poblaciones enteras, han buscado y logrado soluciones comunes a problemas comunes de variadas magnitudes y alcances, en ese panorama, las utopías, escritas o no, entendiendo por tales planteamientos factibles y referidos a sociedades como opinaba Henri Desroche[1], contribuyeron grandemente en su desarrollo. De esas fórmulas se nutren las OES o de Economía Solidaria como se les denomina en Colombia; ellas son constituidas voluntaria y directamente por grupos de personas que sin intermediación enfrentan problemas comunes, aportando recursos propios y poseen una estructura organizacional que las diferencia de las organizaciones de capital y de las públicas.
Las OES surgieron como respuesta casi automática a las fatales consecuencias del capitalismo: El Común, o la gente en términos coloquiales, constituyó organizaciones socio-económicas y de autodefensa con bases asociativas como las asociaciones, cooperativas, y mutuales, iniciándose así la construcción de un sector con rasgos específicos, que los economistas de finales del primer tercio del S. XIX denominaron Economía Social. Desde ese momento se pueden “identificar a lo largo del S. XIX en Francia una escuela socialista o que tendía al socialismo, una escuela social-cristiana reformista, una escuela liberal y una escuela solidaria”. A finales del S. XIX, la Escuela de Economía Social se asimiló a la socialista.
También desde ese momento, las OES enfrentarían problemas con el capitalismo y sus variantes como el capitalismo de Estado, así como con los socialismos reales. Con el tiempo, las cooperativas, ejes vertebrales de las OES, alcanzarían niveles nacionales y hasta mundiales, constituyen el mayor movimiento socioeconómico del planeta con más de 850 millones de asociados; nuevas situaciones y coberturas jurídicas harían más complejo el universo organizacional de las OES.
El término ES es de origen europeo y según Barea y Monzón la expresión ha sido utilizada desde largo tiempo en ese continente “aunque con un sentido más amplio e impreciso que el que se ha ido consolidando en el último cuarto de Siglo XX”. El término ha sido criticado por redundancia de lo social por aquello de que lo económico también es social, pero sus defensores afirman que tal como está escrito señala a su objetivo principal: colocar lo económico al servicio de las personas.
Aunque la percepción inicial de constituir OES sea individual, ellas surgen para enfrentar necesidades o problemas que afectan a varias personas concomitantemente. Su lógica es: “Si tenemos un problema común, debemos enfrentarlo colectivamente” por lo que son constituidas por personas que voluntaria y directamente, sin intermediación, enfrentan sus problemas comunes, aportando recursos propios. La relación que establecen los fundadores con su organización es de uso, ésta les servirá y responderá por las responsabilidades individuales que cada uno le depositó, socializándolas, y asumiéndolas como su propia responsabilidad social.
Cuando una OES nace, lo hace con una Responsabilidad Social: satisfacer la necesidad de sus fundadores. Esa organización estará al servicio de sus fundadores y ninguno tendrá preponderancia en las decisiones sobre otros, ni derecho a apropiarse de aportes sobrantes o excedentarios que deberán devolverse de manera proporcional a lo aportado. Pero el análisis no queda allí, la RS de las OES se confunde con su objeto: enfrentar a favor de sus fundadores el problema por el cual fue constituida.
Cuando cumplir el mandato o crecer implica rebasar los límites de la organización, ésta puede aliarse o integrarse con otras compartiendo su responsabilidad por lo que asumiría un esquema de corresponsabilidad social, esquema más elevado y complejo. En el caso particular de las cooperativas, gracias al principio de la integración y de la intercooperación, esa corresponsabilidad suma gente y espacios a manera de red.
Existen variadas definiciones de ES, obsérvense las siguientes.
– Del Comité Nacional de Enlace de las Asociaciones Mutualistas, Cooperativas y Asociativas (CNLAMCA). Este Comité aprobó en 1980 la Carta de la Economía Social que la define como:
“Conjunto de entidades no perteneciente al sector público que, con funcionamiento y gestión democráticos e igualdad de derechos y deberes de los asociados practican un régimen especial de propiedad y distribución de las ganancias, empleando los excedentes del ejercicio para el crecimiento de la entidad y la mejora de los servicios a los asociados y a la sociedad”.
– Del Consejo Valón de la Economía Social. Este Consejo trabajó en Bélgica sobre la definición anterior y señala que
“la economía social está constituida principalmente por cooperativas, mutualidades y asociaciones que comparten entre sí cuatro características: finalidad de servicio a los miembros o a la colectividad, autonomía de gestión, procesos de decisión democrática y primacía de las personas y del trabajo sobre el capital en el reparto de los beneficios”.
Esta definición fue adoptada posteriormente por el Consejo Central de Economía de Bélgica.
– Del Tercer Sistema. Aborda la problemática de la ES desde la perspectiva de un sistema alterno al de las empresas no asociativas que persiguen fines de lucro y al de las colectividades públicas. Formula consideraciones conceptuales gracias a una investigación de David Vivet y Bernard Thiry sobre las contribuciones que ese “tercer sistema” ha proporcionado en quince países europeos y arroja luces acerca del término, su uso y la realidad de las organizaciones estudiadas, y es rica en ejemplos prácticos por estar construida sobre experiencias[2].
Entiende como “tercer sistema” al “conjunto de cooperativas, mutuales, organizaciones voluntarias, asociaciones y fundaciones que remuneren el trabajo”. Los criterios para definir son:
– La finalidad de servicio a los miembros (interés común o mutuo).
– La mayor importancia a las personas sobre el capital.
– El funcionamiento democrático.
– La autonomía de gestión con respecto a los poderes públicos.
El cumplimiento o no de esos criterios permite que algunas organizaciones se clasifiquen como del sector mientras otras darían vueltas alrededor de él. Las periféricas en cuestión serían, por ejemplo, aquellas del sector salud, de servicios sociales o de educación que, bajo cobertura de un estatuto de asociación o de fundación, pudieran ser más bien instituciones “parapúblicas”.
Es importante acotar que “esas organizaciones no han sido sistemáticamente excluidas del tercer sector, deberían serlo en función de cada contexto nacional sobre la base de modalidades internas de funcionamiento y las relaciones organización-usuarios, independientemente de la importancia del financiamiento público”.
Los autores justifican el uso del término “sistema” antes que el de “sector”. Afirman que de “razón general, las fronteras del “tercer sistema” aparecen débiles y sujetas a discusión” e ilustran sus explicaciones distinguiendo cuatro fronteras de la ES: sector público, sector privado con fines de lucro, sector comunitario e informal, y sector sindical.
De lo señalado puede desprenderse una definición operativa de ES[3]:
“La Economía Social puede entenderse como el conjunto de actividades económicas privadas realizadas por organizaciones provistas de estatuto y valores, constituidas voluntariamente por grupos de personas que con recursos propios y democráticamente desean satisfacer sus necesidades comunes y las de sus comunidades sin intermediarios ni fines de lucro, produciendo bienes y servicios, asegurando o financiando, sin dependencia alguna de entes externos, remunerando el trabajo y con reparto de excedentes proporcionales a la labor o aportes de quienes contribuyan a conformarlo. Sus expresiones organizacionales mas conocidas son las asociaciones, las mutuales y las cooperativas”.
Para el autor de estas líneas, la diferencia básica entre la Economía Social y la denominada Economía Solidaria es que solo pueden incluirse como de esta economía aquellas OES que realmente construyen el valor de la Solidaridad. El valor de la Solidaridad no se decreta, es menester construirlo, son numerosas las Organizaciones consideradas como de esta economía (OESol) en las que la Solidaridad es inexistente, sucede por ejemplo con cooperativas de ahorro y crédito o de consumo que para numerosos asociados simplemente cumplen funciones bancarias o de supermercados y lo que acontezca en su interior no les interesa[4].
1.1. – INCONSISTENCIAS EN EL USO DE TÉRMINOS RELACIONADOS CON COOPERATIVAS EN VENEZUELA.
En nuestro país los términos Economía Popular, Solidaria y Social han tenido sus momentos de relativa moda dependiendo de circunstancias históricas, particularmente de los intereses de los gobiernos de turno. Venezuela pareciera pionera en colocar el valor solidaridad en una Constitución Nacional (1936); efectivamente, luego de la muerte del dictador Juan Vicente Gómez, el Congreso Nacional aprovecha las aperturas políticas y sociales del momento e incluye en Artículo 77°, Ord. 13°, de la Constitución Nacional (CN) una invitación a la formación de cooperativas y asigna la atribución de “Dictar leyes para fomentar las instituciones de solidaridad social” a la Cámara de Diputados y al Senado. En esa misma Constitución, la Economía Popular adquiere rango constitucional.
1.1.1. – Uso del término Economía Popular (EP).
Venezuela pareciera pionera en colocar el valor solidaridad en la Constitución Nacional (CN) de 1936 promulgada luego de la muerte del dictador Juan Vicente Gómez, por un Congreso Nacional que aprovecha las aperturas políticas y sociales del momento, al incluir en su Artículo 77°, Ord. 13°, una invitación a la formación de cooperativas y al asignar la atribución de “Dictar leyes para fomentar las instituciones de solidaridad social” a la Cámara de Diputados y al Senado. Así, la EP adquiere rango constitucional. Desde esa inclusión la EP es impulsada fundamentalmente por gobiernos social-demócratas y social-cristianos; la “riqueza petrolera” facilitó un paternalismo estatal omnipresente en el impulso de expresiones populares. La actual CN la reconoce en sus Artículos 118 y 309. El término es muy utilizado y se asocia a otros como economía del trabajo, artesanía, microempresas, y hasta al de cooperativas.
Puntal en la promoción del término han sido organizaciones con amplio y serio trabajo en sectores populares como el Centro al Servicio de la Acción Popular (CESAP), hoy Grupo Social Cesap, asociación de convicción cristiana y profundo trabajo desde 1974 en la organización de comunidades y cooperativas como los Círculos Femeninos Populares (CFP) integrados por mujeres de comunidades populares, siendo una de las primeras experiencias de organización femenina en Venezuela y América Latina.
También la Fundación para el Desarrollo de la Economía Popular (Fudep) creada en 1983 en el seno de la institución Fe y Alegría por 800 mujeres y un universo de 1500 microempresarios, y la Red Venezolana de Organizaciones para el Desarrollo Social (Redsoc), asociación civil sin fines de lucro que desde 1995 constituye un espacio de articulación intersectorial denominado Red Social con participación mayoritaria de ONGs que desarrollan programas de educación formal y no formal, capacitación, salud, voluntariado, recreación, investigación social, prevención de drogas, y facilita la comunicación, articulación y cooperación de las organizaciones de desarrollo social entre sí, con el Estado y con el sector empresarial. También Sinergia, espacio democrático de articulación, cooperación y creación de oportunidades de participación y fortalecimiento de las organizaciones de la Sociedad Civil; y otras expresiones locales y regionales.
Por el sector público contribuyó a impulsar el término EP la hoy extinta Fundación Fondo de Cooperación de Financiamiento de Empresas Asociativas (Foncofin), fundación pública sin fines de lucro, creada por decreto ejecutivo en 1987 y adscrita entonces al entonces Programa de Apoyo a la Economía Popular del Ministerio de la Familia (1989-95), focalizado en las microempresas individuales o familiares. Durante la presidencia de Rafael Caldera (1995-2000), con el cooperativista Luis Delgado Bello presidiéndola, Foncofin privilegió interesantes iniciativas asociativas y promovió el término ESol.
Chávez eliminó Foncofin y al hacerlo desmanteló la mejor capacidad instalada de expertos en microempresas y empresas asociativas de gobierno alguno en el país. Chávez no tenía un vocablo definido para estas economías, su gobierno y el de su predecesor se caracteriza por la ligereza e imprecisión con la que utilizó los términos de la gestión social.
– Debilidad y uso utilitario del término.
¿Hasta qué punto el uso indiscriminado del término EP obedece al interés “congénito” de dominio de lo popular por un gobierno populista y sus partidarios?. Nadie mejor que Kliksberg para explicar esta realidad al hablar de la tendencia a manipular comunidades[5]:
“Un poderoso obstáculo al avance de la participación se halla en los intentos reiterados en la realidad latinoamericana de “coparla” para fines de determinado grupos. El clientelismo es una de las formas favoritas que adopta la manipulación. Allí el discurso ofrece promesas muy amplias de participación para ganar apoyos temporarios. Luego las realidades son muy pobres en participación real. Incluso sistemáticamente en los intentos manipulatorios se trata de relegar a los líderes auténticos de la comunidad y de impedir que surjan líderes genuinos. Se procura así mismo crear “líderes a dedo” que puedan ser en definitiva un punto de apoyo para el proyecto manipulatorio. Cuando la comunidad percibe las intenciones reales, se produce un enorme efecto de frustración. Los efectos son graves. No sólo la comunidad resistiéndose dejará de participar, y la experiencia fracasará, sino que habrá quedado fuertemente predispuesta en contra de cualquier intento posterior aún cuando sea genuino”.
La congénita carencia de conceptos y direccionalidad del gobierno explica en parte sus fracasos en cuanto a organizaciones propias de la ciudadanía. Al margen de que la EP no tiene los valores y principios de la ES, es innegable su potencial para reconstruir el país con amplia participación ciudadana.
A lo dicho se agrega otra debilidad, la dualidad del término: ¿qué significa popular?: ¿La totalidad de la población de un país?, ¿los 28 millones de habitantes de Venezuela?, ¿solo aquellas personas de bajos recursos que por su línea de ingresos pueden equipararse a los pobre?, ¿qué pasaría si mejoraran sus condiciones y superaran esa supuesta línea de ingresos?, ¿dejarían de pertenecer a la economía popular y el gobierno los excluiría de sus políticas?. Si una economía se define por quienes la realizan y ésta es popular por ser del pueblo: ¿por qué excluir la economía indígena, la obrera, la campesina, u otras?
1.1.2. – Uso del término Economía Solidaria.
A pesar de la jerarquía constitucional citada del valor solidaridad (CN de 1936), no fue sino a finales de los 80s, algo tardíamente con respecto a otros países latinoamericanos y por intercambios internacionales directos con cooperativistas y sindicalistas, principalmente colombianos, cuando el concepto de Economía Solidaria comenzó a utilizarse.
Durante el segundo gobierno del Presidente Rafael Caldera (1995-2000), de orientación social-cristiana, gracias a la hoy extinta Foncofin, con el cooperativista Luis Delgado Bello presidiéndola, se privilegió iniciativas asociativas y promovió el término Economía Solidaria, llegando a figurar entre los lineamientos de la planificación nacional.
En los 90s, Foncofin, a través de acciones propias de su gestión y por medios radiales y televisivos, abonó el terreno de su aceptación en la conciencia popular. En plena efervescencia del término, el profesor Alberto García Müller (ULA), asesor de Colacot, elaboró y propuso el Anteproyecto de la Ley Orgánica del Sector Solidario (1996), tanto se utilizó que se impuso para referirse a los precios bajos de algún producto o negocio (“precios solidarios”).
Vistas a distancia, numerosas experiencias “solidarias” creadas durante el gobierno del Dr. Caldera fracasaron y pareciera haber sido justamente por ausencia de solidaridad; entre las razones de ese fracaso puede incluirse la actitud paternalista del Estado.
Finalmente el término solidaridad, no el de Economía Solidaria, adquirió nuevamente rango constitucional mencionándose en el preámbulo y once veces en el articulado de la Constitución Nacional (CN) de 1999. Foncofin fue desmantelando por el mandatario Chávez, con esa decisión el país perdió una capacidad instalada de expertos en microempresas y empresas
– La fragilidad del término.
Sin negar la importancia de este término y la carga transformadora que concede a quienes lo utilizan, el término es frágil; parte de la fragilidad la concede la ausencia de una definición clara y no tautológica por sus defensores; por otra parte el término contiene una metonimia, problema gramatical que se presenta cuando existe una identificación del continente con su contenido existiendo un desplazamiento gramatical del contenido hacia el continente como sucede con la afirmación “tomarnos unas copas” en la que lo tomado es el contenido y no las copas mismas; efectivamente, en él existe una clara identificación del continente (economía) con el contenido (solidaridad) que solo será válida si en el continente existe solidaridad, ¿y si no es así?.
Efectivamente, numerosas organizaciones calificadas como solidarias no practican ese valor; los fondos de empleados, o cajas de ahorro como se les denomina en Venezuela, son criticados justamente por su ausencia de solidaridad, solo reciben depósitos y solicitudes de préstamos como cualquier banco, igual pudiese decirse de las cooperativas de consumo abiertas y numerosas cooperativas de transporte que ni ofrecen un trato distintivo a sus clientes.
Pero se suman otras consideraciones, también posee una fragilidad externa, propia de quienes lo utilizan en los marcos legales y en los intentos de definición. Basta con intentar responder las siguientes interrogantes para observarlos: 1.- ¿Es suficiente el concepto y la voluntad de los actores y autores para que la solidaridad cristalice?; y 2.- ¿Una organización es solidaria solo porque una ley o un proyecto la califique de tal? [6]. La respuesta a ambas interrogantes es no. No basta con calificar una organización como solidaria si en su interior no se practica ese valor, si a realizarle una auditoria de valores no se le encuentra.
La debilidad aumenta cuando lo utilizan para constituir binomios como “Economía Social y Solidaria” actitud cómoda para obviar definiciones y caracterizaciones[7], o como comodín para abarcar cualquier actividad humana desde la limosna que por filantropía alguien proporciona, pasando por un capitalismo “benefactor”, como las expresiones de la economía informal y nociones intuitivas y llenas de sabiduría pero no de solidaridad como “la unión hace la fuerza”, hasta llegar a su noción como valor.
Esta amplitud va acompañada de interrogantes muy precisas acerca de la Economía Solidaria y las organizaciones que pudiesen integrarla; si lo que determina que una organización pertenezca a ella es que practica solidaridad: ¿qué es lo solidario en esa economía o en sus organizaciones?, ¿cuál es la noción de solidaridad considerada por quienes utilizan el término?.
Otras confusiones se suman: ¿Existe la propiedad solidaria?, ¿existe el mercado solidario?, ¿existe un sistema jurídico solidario?: obvio, de existir deberían contener solidaridad.
Lo afirmado evidencia una triste realidad, teniendo las Organizaciones de Economía Solidaria (OESol) condiciones para desarrollar solidaridad, numerosas no lo hacen, entonces la verdadera debilidad del término no está solo en la metonimia sino en que no practican ese valor pudiendo hacerlo.
Ultima interrogante: ¿Si es un valor que califica determinada economía porque solo se considera para ella el de la solidaridad?, similar razonamiento pudiera aplicarse a la supuesta economía participativa, la economía de la autoayuda, de la auto responsabilidad, la democrática, la de la igualdad o de la equidad.
1.1.3. – Uso del término Economía Social.
En nuestro país este término ha sido utilizado de manera confusa. Con él se ha escrito o hablado acerca de varias modalidades organizacionales y actividades económicas relacionadas con los sectores populares: economía popular, tercer sector, tercera vía, economía alternativa, economía indígena, economía marginal, cooperativas solamente, y, para dificultar mas la aclaratoria, en los primeros años de los 90s, algunos autores y actores difundieron el de economía solidaria que cubre de alguna manera el mismo espacio organizacional de la ES pero con problemas en lo conceptual. Con él se han arropado actividades de genuinas OES, como las cooperativas y asociaciones participativas pero también de vendedores informales o buhoneros que no hacen sino practicar actos comerciales.
Fue gracias a la iniciativa y acciones del MCV liderado por la Central Cooperativa Nacional de Venezuela (Ceconave) que propuso ocho artículos para la potencial constitución a la Asamblea Nacional Constituyente, que la ES adquirió rango constitucional junto el término mutuales, y incrementó la presencia constitucional del cooperativismo a cuatro artículos mientras que la CN de 1961 lo mencionaba una sola vez[8].
Con motivo de la inclusión del término ES en el texto constitucional; la necesidad de diseñar el andamiaje legal con base a la nueva CN obligaría al Ejecutivo Nacional y a la Asamblea Nacional a reformulas variadas leyes y a promulgar otras.
Por su rango constitucional, jamás el país había tenido necesidad de definir el sector y visualizar sus impactos, sinergias y balances sociales y económicos; jamás tampoco se había tenido la necesidad de conocer y debatir acerca de las OES: su organización y funcionamiento, valores, principios, demografía organizacional y alcances. Hoy se impone una discusión no solo acerca de la integración y cooperación entre las OES, sino entre ellas y las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs) y las organizaciones estatales, estadales y locales gubernamentales.
Luego del llamado del mandatario Chávez a los Círculos Bolivarianos de su partido para constituir cooperativas, el deslinde entre las nuevas “cooperativas” y las previas a su gobierno aumentó, y en adelante solo se observarían desaciertos tanto en el andamiaje gubernamental como en las formulas de escritorio propuestas al pueblo como algunas que se mencionarán en líneas posteriores, las cooperativas mismas, y en las acomunas.
Definitivamente, tanto los términos economía popular como economía solidaria, son ambiguos. Pareciera que el mas apropiado fuese el de Economía Social, su solo nombre señala una economía centrada en las personas, no es ambiguo pues la economía emana de lo social, es reconocido desde los albores del S. XIX; en 1830 ya tenía expresiones concretas como el texto parisino Nuevo Tratado de Economía Social y el Curso de Economía Social en la Universidad de Lovaina. Agrega Defourny, citando a A. Gueslin[9], que desde entonces y hasta finales de ese siglo, la ES no pretendió ser, ni más ni menos, que otra forma de hacer política económica: “Todos sus defensores estaban sensibilizados por el tremendo coste humano de la revolución industrial y reprochaban a la ciencia económica dominante el que ignorase la dimensión social”.
02.- LA IDENTIDAD COOPERATIVA.
Comprender la identidad cooperativa, es decir, el conjunto de rasgos de ellas que las tipifican y las diferencian de otras organizaciones, pasa por comprender que forman parte del universo de las Organizaciones de la Economía Social (OES) por lo que es imperativo conocer qué es la Economía Social (ES) para luego identificar esos rasgos.
2.1.- RASGOS DE UNA COOPERATIVA.
Una cooperativa como toda Organización de Economía Solidaria (OESol), se constituye voluntariamente para enfrentar “problemas comunes en común”, valga la redundancia; es decir, con el aporte humano y material de los afectados. Ponerla en marcha es una decisión política de quienes la constituyen, que la marcarán con sus valores y principios a manera de ADN durante algún tiempo, marcando su comportamiento.
Poner en marcha una organización es un proceso difícil que debe ejecutarlo el nivel máximo de la organización: el estratégico o esfera política. Las cooperativas como cualquier organización, está también cruzada por una sinergia de procesos que involucra al menos los siguientes:
1.- Proceso Administrativo con sus sub-procesos: planificación, coordinación, dirección, organización, ejecución y control;
2.- Funciones Administrativas: mercadeo de bienes o servicios, producción, tecnología, personas, finanzas, y lo administrativo-contable; y
3.- Procesos de Información y participación como resultado de la interacción colaborativa personas – tecnologías – sistemas de información – decisiones – desempeño organizacional. Sus miembros se nutren de la información generada por el proceso administrativo y las funciones administrativas, y lógicamente del entorno, y a partir de ella toman decisiones; obvio, en esa dinámica influye el modelo de organización adoptado.
Para garantizar su éxito es fundamental que ella obedezca a un proyecto o plan de negocios u organizacional, herramienta estratégica fundamental para dar forma a la idea de constituirla. Él en sí mismo es un instrumento de planificación que permite visualizar su factibilidad socia-económica.
Las cooperativas constituyen un modelo organizacional específico de las OES. No existe definición más ilustrativa de ella que la de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI):
1.- “Personas que se han unido de forma voluntaria para satisfacer sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales en común, mediante una empresa de propiedad conjunta y de gestión democrática”. De esta definición se desprenden los rasgos básicos para posteriormente clasificar una cooperativa como genuina o falsa.
GRÁFICO N° 1. RELACIONES PROCESO ADMINISTRATIVO – FUNCIONES – ESFERAS ORGANIZACIONALES.
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La Identidad Cooperativa por su parte puede ser entendida como el conjunto de rasgos que las caracterizan. De la definición de la ACI se desprenden algunos rasgos: 1.- El objetivo es satisfacer las necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales de quienes la constituyen; 2.- Son autónomas; 3.- Deben constituirse voluntariamente; 4.- Logra objetivos mediante una empresa; y 5.- La empresa es de propiedad conjunta y gestión democrática. Se infiere otro: poseen una doble dimensión: Asociación – Empresa.
2.1.1. – La doble dimensión Asociación – Empresa.
Efectivamente, de la definición se desprende que toda cooperativa es 1. – Asociación autónoma de persona, e indisolublemente 2.- Empresa de propiedad conjunta y de gestión democrática. Si se observa esa relación a la luz del gráfico anterior, la asociación ocuparía en forma simultánea y dialéctica el espacio de la esfera estratégica y la empresa el de la esfera operativa.
Esa doble dimensión obliga a observar las EESs como organizaciones con sus objetivos sociales concentrados fundamentalmente pero no únicamente, en la Asociación, y con los económicos concentrados fundamentalmente pero no únicamente, en la Empresa. Esa dialéctica afianza un doble anclaje en los espacios en los que las cooperativas actúan y proporciona a los asociados la posibilidad de desarrollar una multiplicidad de roles dependiendo de la ubicación de ellos al interior de su cooperativa: asociados- propietarios, directivos, gerentes, trabajadores-asociados, usuarios y hasta proveedores.
También contribuye a comprender la aplicación de los valores de la igualdad y la equidad ya que ambos se manifiestan de maneras diferentes según la dimensión. La igualdad domina en la Asociación en cuanto a una persona un voto y el derecho a ocupar cargos en el gobierno de la cooperativa, mientras que la equidad lo hace en la empresa, fundamentalmente en cuanto al reparto de excedentes: a mayor aporte mayor excedente.
El ingreso a la asociación es voluntario y sin discriminación de tipo alguno, gracias al aporte del certificado de asociación, de monto similar para todos los aspirantes; el ingreso a la empresa o a cada departamento o unidad operativa es posible gracias a la suscripción del o los certificados de aportación, con los que los asociados se convierten en copropietarios y se capitaliza la cooperativa.
La igualdad en el valor del certificado de aportación no se traduce en igualdad en cuanto al reparto de los excedentes y sus anticipos, estos se calculan con base en el principio de la equidad: quien más contribuyó con las actividades objeto de la empresa a constituir los excedentes, más excedentes recibirá. Si un asociado no contribuyó recibirá cero.
Ultima acotación. Todo asociado es copropietario de la empresa por lo que tiene carácter de empresario y debe actuar como tal: ser proactivos, participar con criterio de empresario y no de dependiente de otros, manejar planes y otras herramientas empresariales; estar dispuesto a financiar la cooperativa para fortalecerla económicamente, entre otras. Basta de considerar a los cooperativistas como minusválidos sociales concediéndoles dádivas y créditos fáciles sin exigirles contraposición, comenzando por la obligación de formarse como cooperativistas y manejar herramientas gerenciales.
2.1.2. – El doble anclaje socio – económico en lo local.
En relación a otras organizaciones, la doble dimensión concede a las cooperativas un doble anclaje en lo local como ventaja competitiva. Ello se explica porque sus fundadores no solo establecen un vínculo como requisito para asociarse aportándole capital y trabajo, sino que también le aportan una comunidad, un territorio y una determinada nacionalidad. Es así como lo local se convierte en el espacio mínimo vital de las cooperativas, en su espacio inmediato de acción, aquel en el que ella crecerá y contiene la amplísima mayoría de los problemas de quienes las constituyen. También lo local proporciona una cultura específica con obvia influencia en la cultura organizacional.
2.1.3. – Intercooperación e integración como ejes de desarrollo.
Tal como las personas se unen en cooperativa para solventar problemas que individualmente no pueden resolver, las cooperativas deben unir esfuerzos mediante la intercooperación y la integración entre ellas, y las fusiones, adquisiciones, acuerdos, alianzas estratégicas (joint ventures), y redes organizacionales, entre ellas y otras organizaciones.
Efectivamente, en el cumplimiento de sus objetivos y haciendo uso del doble anclaje socio-económico, las cooperativas deben buscar acuerdos superiores a sus fronteras naturales mediante la unión de esfuerzos gracias a dos procesos fundamentales: 1.- La inter-cooperación o relaciones de variados tipos entre cooperativas como los acuerdos, las alianzas estratégicas y la conformación de redes organizacionales para actividades puntuales como compras conjuntas o educación; y 2.- La integración o constitución de cooperativas por cooperativas con la intención de que las constituidas realicen actividades a favor de las fundantes[10].
Ambos son procesos continuos y dinámicos que proporcionan economías de escala y facilitan la constitución de redes de capital social; es decir, redes con capacidad de lograr objetivos a partir de la mera integración de los aportes humanos, voluntad, trabajo y confianza de sus actores[11].
Las sinergias de ambos procesos han hecho que el cooperativismo constituya el movimiento socio-económico de mayores dimensiones planetarias con más de mil millones de asociados reconocidos por la ONU que declaró el 2012 como el Año Internacional de Cooperativismo.
2.1.4. – Valores y Principios.
Según la ACI, las cooperativas están basadas en los valores de la autoayuda, la auto responsabilidad, la democracia, la igualdad, la equidad y la solidaridad, adicionalmente, en la tradición de sus fundadores, los asociados cooperativos hacen suyos los valores éticos de la honestidad, la transparencia, la responsabilidad y la vocación social.
Aunque esos valores deben estar presentes en cualquier cooperativa, algunos tienen preponderancia sobre otros y variarán según los momentos históricos y las actividades de cada cooperativa. Los valores funcionan como instrumentos orientadores de la conducta y gestión de las cooperativas y de sus actores; son como rieles que marcan las pautas.
Los principios por su parte son pautas mediante las cuales las cooperativas ponen en práctica sus Valores: las locomotoras que transitan entre los rieles abiertos por los valores. No deben ser entendidos como verdades absolutas razón por las que han variado en el tiempo. Los originales fueron los establecidos por la Sociedad de los Equitativos Pioneros de Rochdale; fueron establecidos y modificados sucesivamente en por la ACI en su Congreso de París de 1937, ellos fueron reducidos a cuatro “esenciales” y tres “secundarios”: los primeros eran: 1.- el de Viena de 1966, y finalmente en el Congreso de Manchester de 1995.
GRÁFICO Nº 2. VALORES Y PRINCIPIOS DEL COOPERATIVISMO.
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La existencia de principios universales como los adoptados por la ACI, no limita que cada cooperativa, según sus objetivos y contexto, adiciones principios como en el caso de Mondragón Corporación Cooperativa (MCC) que resumió en diez sus “Principios Básicos de la Experiencia Cooperativa de Mondragón”.
2.1.5. – No persiguen lucro.
Todas las variantes conceptuales relacionadas con los términos de ES y Economía Solidaria (ESol) coinciden en que las cooperativas son organizaciones sin fines de lucro. Según la Real Academia, lucro es la ganancia o provecho que se saca de una cosa y lucrativo es lo que produce utilidad y ganancia; “lucrar” es sacar provecho de un negocio, obtener utilidades.
Por naturaleza: 1.- La cooperativa asocia personas, no capital; y 2.- La suscripción de capital o aportes a una cooperativa no tiene carácter especulativo pues está destinado a enfrentar problemas comunes (producir o acceder a un servicio, por ejemplo); por ambas razones, la cooperativa concede preferencia a remunerar la actividad antes que el capital, y siendo ella de propiedad colectiva, debe conceder preferencia a la inversión colectiva antes que a la individual. Aplicando el concepto de de lucro, ni ella ni sus asociados, pueden lucrarse a costas de sí mismos, tal como se explicó.
Continuemos con la reflexión, la pregunta clave es: ¿quién se lucra?. Si en una cooperativa solo existiesen ella, como persona jurídica, y sus asociados, para que exista lucro una de las dos o ambas debe lucrarse, es decir, obtener ganancias a partir de la otra; existen dos opciones:
1.- ¿Se lucra la cooperativa?. No. Recuérdese que cuando ella se constituye lo hace por decisión voluntaria y conjunta de una asociación de personas que tienen una necesidad común por lo que la actividad empresarial estará supeditada a esa necesidad y no a generar renta a los asociados.
2.- ¿Se lucran los asociados?. Tampoco. Si ellos aportasen esfuerzos o recursos superiores a los necesitados por la cooperativa, los recuperarían al repartir los excedentes.
Una manera grafica de responder esta pregunta es la siguiente: si el excedente producido por A retorna a A, así se traten de millones de unidades monetarias, no hubo lucro; si retorna a B u otras personas que no lo produjeron, así se trate de centavos o céntimos, si lo hubo.
El “no lucro” es un atributo que no contradice la necesaria creación de riquezas ni el deseo humano de mejorar niveles de vida siempre y cuando los ingresos sean resultado de una alta calidad del trabajo en medio de una competencia con empresas similares, cooperativas o no, y operando con valores y principios. Quien desee lucro debe buscar una forma jurídica diferente de la cooperativa
2.1.6. – Los fondos irrepartibles como blindaje económico.
Las cooperativas y su movimiento necesitan fortalecerse económicamente, de allí la necesidad de formar capital, por ello, en estricta relación con el problema del no lucro se encuentra el referido a la formación de capital y a los fondos irrepartibles, de sus manejos dependerá el funcionamiento y la credibilidad de la cooperativa y de sus asociados y también el crecimiento y la fortaleza del movimiento. El capital propio concede consistencia patrimonial a la cooperativa, constituye una suerte de “herencia” de las generaciones iniciales a las nuevas y evita que los nuevos asociados, al retirarse o liquidar la cooperativa, se beneficien del trabajo y los esfuerzos colectivos de generaciones previas, de allí que en numerosos países como Colombia y Venezuela establecen su irrepartibilidad.
El proponente de esa irrepartibilidad fue Philippe Bouchez, utopista práctico francés, quien notó que los cooperativistas más antiguos rechazaban la conversión de los aprendices de sus cooperativas en asociados así como el ingreso de nuevos asociados pues estos gozarían ipso facto, de sus mismos beneficios sin haberlos producido. Así fue como, el establecer fondos constituyentes del capital social y la irrepartibilidad de éste, estableció una barrera de contención que impidió a los nuevos usufructuar excedentes no producidos.
2.1.7 – Reparto de excedentes proporcional a los ingresos generados por operaciones propias de ella.
El excedente, o sobrante como se les dice en Puerto Rico, es la cantidad que queda en el ejercicio económico de la cooperativa luego de deducida la totalidad de los gastos de funcionamiento; se conforma gracias a la participación activa de los asociados en las operaciones que la cooperativa realiza. Así, por ejemplo, el excedente de una cooperativa de trabajo asociado será proporcional al mayor o menor trabajo de cada uno de sus asociados y el de una de consumo sobre las compras de cada uno.
Una manera grafica de comprender el reparto lo proporciona el uso del Estado de Origen y Aplicación de Fondos utilizado en contabilidad aplicando la siguiente máxima: “a cada quien según sus aportes en actos vinculados con el objeto de la cooperativa”. El reparto entonces deberá retribuir la proporcionalidad de su constitución por lo que en el cálculo de su distribución se puede aplicar una simple regla de tres.
Como los excedentes de una cooperativa se conocen sólo a final del ejercicio, pero mientras los asociados necesitan percibir adelantos o anticipos de excedentes para vivir, una cooperativa que se ajuste a los preceptos de un buen gobierno cooperativo debe aplicar elementos mínimos de planificación y calcular, con márgenes apropiados de error, los excedentes que obtendrá al final del ejercicio anual para cancelar esos anticipos.
Algunos autores opinan que el reparto de excedentes es una de las originalidades de las cooperativas ya que en el mundo de las OES las asociaciones generalmente no generan excedentes y las mutuales lo reinvierten para mejorar sus actividades; el problema de la búsqueda o no de lucro y por lo tanto de reparto del excedente es el centro de atención de los defensores del enfoque non profit organisations (NPO) que solo consideran como organizaciones de la ES aquellas “entidades privadas que, en virtud de sus reglas constitutivas, no pueden distribuir sus beneficios a las personas que la controlan… ”.
2.1.8. – La participación hacia la autogestión como eje transversal.
Un proyecto de cooperativa no puede formularse por voluntad extraña a la de sus asociados. De no existir claridad en cuanto a que necesitan autonomía e independencia para su pleno desarrollo, se corre el riesgo de que gobiernos, partidos políticos, sindicatos y otros interesados les transmitan sus esquemas burocráticos acompañados de los vicios que conlleva. Siendo ella propiedad de sus asociados, no se justifica que estos no participen plenamente y solo uno o pocos decidan por la mayoría; más aún, la participación en las cooperativas deberían conducirla a la autogestión como el proceso máximo de participación.
La dicotomía entre propietarios y no propietarios reproduce otras dicotomías apoyadas en la división del trabajo: dirigentes – dirigidos, trabajo intelectual – trabajo manual, perceptor de excedentes – no perceptor, que deben resolverse en la búsqueda de la autogestión. En esta discusión cobran vigencia los fundamentos éticos. Para ser autogestionarias y por propia sobrevivencia, las cooperativas deben generalizar, socializar si se quiere, sus valores principios y procesos, trascendiendo con ellos sus limitadas fronteras y haciendo de la intercooperación y la integración los ejes fundamentales de fomento, creación y desarrollo de organizaciones similares tanto por las economías de escala que ello pudiera generar como por nutrir su democracia interna con más democracia.
Cuando se practica, la autogestión se convierte en un proceso continuo que permite, mediante mecanismos democráticos basados en la preponderancia de las personas y del trabajo sobre el capital, una descentralización del poder, romper los niveles jerárquicos y los tabiques verticales de la división del trabajo, garantizando, mediante rotación en las decisiones y las actividades que los miembros participen en todo.
Lo señalado es básico para, por contraste, comprender el fracaso del proceso impulsado por el fallecido mandatario Chávez.
03.- LA EXPERIENCIA COOPERATIVA VENEZOLANA.
Venezuela, país con experiencias de reconocidos impactos nacionales y locales, pasó entre el 2002 y el 2006 a ser al mismo tiempo primer país en el mundo en número de cooperativas registradas y el poseedor del mayor cementerio de ellas. Con el surgimiento de ese increíble número, hoy se observan dos sectores claramente diferenciados: el cooperativo previo al gobierno actual con las experiencias de mayores impactos y alcances, y las nuevas cooperativas impulsadas por el gobierno[12].
Los rasgos de cooperativismo, fundamentalmente los referidos a valores y principios y a la integración solo son observables en las cooperativas del grupo previo al actual gobierno, por lo aquellas cooperativas si puede recibir el calificativo de movimiento. Las nuevas simplemente existen aisladas y, salvo estrechos intentos de integración local, no alcanzan esa condición.
3.1. – LAS COOPERATIVAS ANTERIORES A 1999.
Es importante destacar que el cooperativismo previo al actual gobierno, se levantó gracias a esfuerzos colectivos en diversas regiones y sectores por federaciones y centrales cooperativas regionales (CCRs) integradas en Ceconave, central nacional autodefinida como democracia participativa en marcha “bajo el entendido de que la democracia se labra cotidianamente en las decisiones estratégicas, en la gestión económica-operativa, en los procesos de integración-intercooperación, en lo educativo-cultural, en la rendición de cuentas al colectivo, y en unas relaciones con la sociedad que apunten a la autogestión con base en principios y valores”[13].
Ese cooperativismo poseía y posee experiencias dignas de ser mostradas, destacan:
– El Servicio Funerario Cooperativo de Ceconave. Constituye la mayor red funeraria del país constituyéndose en la columna vertebral del movimiento. Cubre el país gracias a 18 Centrales Regionales Cooperativas (CCRs) y a las cooperativas de base afiliadas que expiden los contratos de servicios beneficiando unas 500.000 personas. Los cooperativistas cancelan una cuota semanal que en caso de fallecimientos les permitirá obtener a ellos y a los familiares inscritos, el servicio completo.
– Cecosesola con su Ferias de Consumo Familiar y su Clínica Cooperativa. Esta central regional de Lara está integrada por casi un centenar de cooperativas y organizaciones sociales; desarrolla múltiples actividades como servicios de salud a través de su Red de Salud con la que atiende más de 150.000 personas por año a la que se suma su recién inaugurada Clínica Cooperativa (Feb. 2009); también presta servicios funerarios; venta de artefactos electrodomésticos; financiamiento cooperativo y una intensa actividad en materia de educación y capacitación de sus asociados, amén de red comunitaria de producción y distribución de alimentos, que abarca cinco estados de Venezuela: Ferias de Consumo.
Son tres ferias grandes desarrolladas por la Central Cooperativa y de Servicios del Edo. Lara (Cecosesola) instalada desde hace más de 20 años en la región centro occidental de Venezuela y una de las CCRs afiliadas a Ceconave. Las Ferias venden víveres y un promedio de 450 toneladas semanales de hortalizas a 25.000 familias de la ciudad de Barquisimeto. Sus actividades favorecen la inclusión social de: 1.- Más de 350 personas naturales y jurídicas como proveedores permanentes con precios acordados y justos; 2.- Sus 500 trabajadores-asociados organizados en las tres ferias; y 3.- 25.000 familias que adquieren alimentos con beneficios en precios ponderados e impactos alimenticios.
Las Ferias son fuentes de estudio de participación y gestión basadas en valores y buscan revertir la tendencia injusta de los intercambios lo que permite incluirlas entre las experiencias del «comercio justo». Esta central ha sido seleccionada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como una de las ocho experiencias más exitosas de organización comunitaria de América Latina y ha recibido importantes reconocimientos nacionales e internacionales, por su positiva labor.
– Gas Falcón de Cecofal. Iniciada en el año 82 por la Central Cooperativa Regional (CCR) de Falcón (Cecofal), esta experiencia resume las actividades de distribución y venta de bombonas de gas licuado a mas de 34.200 mil familias, el 60 % de las familias de menores recursos de la Península de Paraguaná; tiene su propia planta de llenado y se ha extendido a otras regiones del país como Coro en el mismo estado Falcón, Carora en Lara, y Acarigua en Portuguesa.
– San José Obrero y la Red de Soluciones Financieras Cooperativas. Impulsada por Cecofal en el estado Falcón, esta red coordinada por la Cooperativa San José Obrero, afilia cerca de 43.000 asociados mediante un sistema integrado por 10 cooperativas de ahorro y crédito de diferentes magnitudes; sus asociados poseen más ahorros que algunos bancos pequeños del país.
– La Central Cooperativa de Barinas (Cecobar). Fundada en 1972, esta central ofrece el Servicio Funerario, su amparo por defunción que garantiza bonos compensatorios anuales a la familia del afiliado por su defunción o al afiliado por la muerte de un beneficiario, y el Servicio Medico Cooperativo (Sermecoop) de asistencia médica ambulatoria. Estos servicios son cubiertos mediante un Sistema de Capitalización Colectivo Solidario que incluye un componente de ahorro (“Ahorra para que te Protejas”) con destino al crédito.
Sermecoop atiende 100.000 barinenses; tiene en proyecto un Servicio Asistencial de Cirugía y Hospitalización y la adquisición de una ambulancia que funcionará como clínica móvil con la intención de llegar a 180.000 beneficiarios[14].
– Cooperativa de Servicios Múltiples Agropecuarios «Productores Agrícolas Lara (Copalar). Es una cooperativa de segundo grado que integra 26 uniones de campesinos que son las agrupaciones primarias que agrupan unos 750 productores/as de café que incluyen más de una centena de mujeres. Sus servicios son: 1.- Compra el café de los socios para luego mercadearlo a nivel nacional y europeo; y 2.- Servicio de Consumo/Insumos para los socios o sus fincas: comida, botas, machetes, motores, despulpadores, abono etc., poseen un sistema interno de financiamiento.
– Experiencias de base. Tienen destacada presencia en sus regiones. A nivel agrícola resaltan: La Alianza, experiencia autogestionaria de importantes impactos en el ámbito agrícola de Sanare, Edo. Lara, reconocida sus luchas contra el monopolio local de la papa, ejemplo de cooperativismo de propiedad colectiva y autogestión vinculada al cambio del patrón tecnológico desde una agricultura tradicional hacia una agricultura en vías sustentables; La Montaña, ejemplo de organización de productores desde 1991 en enfrentamiento a las roscas de las hortalizas en el Edo. Trujillo, vende parte de su producción a las ferias de Lara; y Quebrada Azul en Mérida, pionera en la exportación de café orgánico certificado del país con sello de certificación otorgado por Soil Association, del Reino Unido.
Destaca La Florencia, cooperativa de consumo, ahorro y crédito, y farmacia que funciona como barómetro de precios en la población de Rubio, estado Táchira; la Bermúdez, de servicio funerario, ahorro y crédito y un servicio de salud que cubre 60.460 personas, 46.73% de la población del Municipio Bermúdez del estado Sucre, casi la mitad de su población; Las Nieves de Aragua, de educación, que desarrolló una modalidad itinerante de formación de cooperativistas como bachilleres en todo el país.
Cabe mencionar también El Triunfo en Barquisimeto; Atlántico 70 en el 23 de Enero en Caracas, experta en la compra de cuadernos y libros y otros artículos de consumo para sus casi 4.000 asociadas; y Corandes, fundada en 1974 a partir de la fusión de dos cooperativas, es una Cooperativa moderna, con dos sedes y cinco departamentos: ahorro y crédito, venta de repuestos, Agropecuaria Miraflores, artículos para el hogar, y consumo, con más de 13.000 asociados que disfrutan de sus servicios a precios justos y apropiados excedentes.
Hay experiencias de Cooperativas de Trabajo Asociado (CTAs) que contratan apropiadamente con empresas como las de trabajo asociado en cogestión con la empresa privada Venequip, representante de Caterpillar, que tiene a la industria petrolera y a la carbonífera estatal como sus principales clientes.
– Coopercentro un caso de obvia intervención gubernamental. Esta inexistente cooperativa caraqueña, fundada en septiembre del año 1995 e integrada por 22 cooperativas y asociaciones sin fines de lucro en el populoso sector de Catia, administró un centro comercial popular moderno con dos vertientes de trabajo: 1.- Una Feria de Alimentos que funcionaba todos los días con un promedio semanal de ventas cercano a las doscientas toneladas de productos para una facturación anual promedio de 10.000.000 US$ (año 1996); y 2.- Una centena de tiendas en las que se atendían mensualmente un promedio de 5.000 familias con servicios de Internet, reparación de electrodomésticos, venta de ropa y calzado, farmacia y otros servicios, articulando actividades socio-económicas con comunidades vecinas y relaciones con entes públicos. Luego el área de pequeño comercio creció a unas 500 minitiendas más unas 15 tiendas medianas.
A mediados del año 2000 se inició la tercera vertiente gracias a un convenio con Fondur: la construcción de 4 torres con 96 apartamentos para funcionarios públicos que perdieron sus viviendas en la desagracia de Vargas; ese proyecto, que dio origen a la Cooperativa Las Gladiolas, sería financiado por el Fondo Único Social, y a él se agregaría el acondicionamiento de 4.000 m2 para la Feria de Alimentos a ser financiado por el Fides (2004).
Coopercentro es ejemplo de injerencia gubernamental en las cooperativas. El Alcalde de Caracas, Freddy Bernal, con apoyo de la ministra Erika Farias, impidió la entrega del financiamiento de un fondo gubernamental para asfixiar financieramente la cooperativa, hasta que la policía municipal tomó sus instalaciones para reubicar en ellas a buhoneros de la zona (octubre 2008). Al día de hoy, las instalaciones están deterioradas por falta de inversión; más grave aún no se reubicaron los buhoneros.
3.2.- APORTES DE ESE COOPERATIVISMO AL GOBIERNO ACTUAL.
El cooperativismo integrado para el año 2000 en tres organismos nacionales: Ceconave, la Federación de Cooperativas de Transporte (Fecotrave) y la Federación de Cooperativas de Crédito y Servicios (Fecoseven), fue actor de primer orden en propuestas a la Asamblea Nacional Constituyente, con una representatividad de algo más del 70% de las casi 900 cooperativas del momento.
Ese conglomerado constituyó el Equipo Cooperativo Constituyente (ECC) que entregó a la Asamblea Constituyente, con miles de firmas, ocho artículos que impulsaron la inclusión del término Economía Social y el de mutuales en la actual Constitución Nacional. Posteriormente un sector de Ceconave entregó al gobierno la vigente Ley Especial de Asociaciones Cooperativas (LEAC en adelante) promulgada en julio de 2001 con correcciones en Gaceta Oficial en agosto.
Es de recordar que el MCV seleccionó tres candidatos a diputados de la asamblea Constituyentes, candidatos que por los célebres y automáticos recortes de los totales de firmas no llegaron a postularse, salvo uno que obviamente no fue electo. Las propuestas fueron entregadas a la Asamblea Nacional Constituyente en acto público celebrado en el patio central de su sede, acompañadas de miles de firmas de cooperativistas. Con esas propuestas, el ECC, también impulsó la aparición de otros términos fundamentales para el desarrollo de la Economía Social y el Cooperativismo como solidaridad, participación, autogestión, y cogestión.
El MCV también participó activamente y con fundamentadas propuestas en la Comisión Cooperativas y Asociaciones de la Constituyente Económica durante los meses finales del 2000. Posteriormente, ante la Ley Habilitante otorgada al primer mandatario, un grupo activo de cooperativistas de Ceconave entregó a éste la actual LEAC, a pesar del tiempo transcurrido el gobierno ha sido incapaz promulgar el reglamento de la ley. La LEAC fue entonces entregada al primer mandatario en un acto de recepción de un crédito por un cooperativista zuliano, ni siquiera en un acto especial.
No es cierto como algunos analistas afirman que el gobierno formuló políticas públicas para el “apoyo, fomento y fortalecimiento de las cooperativas” desde el inicio del periodo gubernamental y que ella estimulaba la “flexibilización y desregularización del antiguo y rígido marco jurídico a las cooperativas en cuanto a tiempo de constitución, número de miembros, actividades a emprender, tipología de las relaciones de trabajo con las empresas del gobierno”:
Esas condiciones estarían incluidas en las bondades del proyecto de LEAC elaborado por cooperativistas. Innegable es que la presencia constitucional de la ES y de las mutuales, la mayor presencia constitucional de las cooperativas, y la formulación de la LEAC es fruto del cooperativismo previo al gobierno actual.
- – EL GOBIERNO DE CHÁVEZ. INDEFINICIONES Y ACCIONES.
Ni en su propuestas como candidato ni como presidente Chávez formuló políticas y acciones definidas sobre la ES, particularmente las cooperativas. No fue sino a finales del 2000 cuando el primer mandatario anunció apoyos a la constitución de cooperativas y habló de promulgar una Ley de Economía Social, promesa no cumplida; también habló de modificar la Ley general de Asociaciones Cooperativas pero fueron cooperativistas quienes le hicieron la tarea y así se promulgó la actual Ley Especial de Asociaciones Cooperativas (LEAC, 30/08/2001).
Teniendo como candidato a Ministro de Estado para el Desarrollo de las Cooperativas a un cooperativista y profesor universitario, cometió el grave error de convocar a los círculos bolivarianos o militantes de base a constituir cooperativas, así se inició una carrera sin dirección por la creación de cooperativas con los errores que se consideran seguidamente. El candidato a ministro renunció a ser nombrado.
De allí en adelante la historia es conocida, el gobierno asumió las cooperativas como “puntas de lanza de su proceso” y en poco tiempo Venezuela se anotó su primer record en cuanto a cooperativas: constituir el mayor número de cooperativas del mundo. Los funcionarios alegres por el gran número de cooperativas constituidas fruncirían el ceño cuando observaron, luego del Referéndum Revocatorio Presidencial del 2004, que ellas no aportaban a su proceso”, así redireccionaron los financiamientos solo a sus seguidores mediante la Misión Vuelvan Caras para cualquier tipo de cooperativa y las Empresas de Propiedad Social EPSs) para empresas y cooperativas que deseasen contratar con el Estado.
La inclusión del cooperativismo en el Plan Nacional de Desarrollo 2001 – 2007 no surtió efectos, con el llamado a los círculos bolivarianos se había perfilado un segundo record: el “cementerio de cooperativas más grande del mundo”.
Según el entonces superintendente de cooperativas, Ant. Carlos Molina Graterol, el gobierno
“… asume la economía social y el desarrollo endógeno como política de estado estructurada en el plan de desarrollo económico y social 2001 – 2007 de tal modo que el cooperativismo se constituye en una de las herramientas más importantes (quizás la más) del proceso de democratización económico de la sociedad, es decir, del proceso de inclusión social y redistribución económicas”. [15]
La realidad mostró lo contrario: carencia absoluta de conceptos y direccionalidad. Chávez pasó de considerar las cooperativas “como puntas de lanza del proceso” (2002) a acusarlas de “instrumentos del individualismo y del capitalismo” (2007).
Resalta la ligereza con la que el gobierno: 1.- Formuló “inventos sociales” con estruendosos fracasos y las consiguientes frustraciones de los convocados; 2.- estableció un andamiaje gubernamental inconsistente de estructuras sucesivamente sustituidas por otras sin justificaciones apropiadas.
Entre los “inventos sociales” resaltan:
1.- Los Sistemas de Aldeas Rurales Auto Organizadas Sustentables (Saraos), suerte de fundo colectivo estructurado sobre cooperativas de 24 familias diseñado por el Ministerio de Planificación, que desde antes de ser diseñados por el Ministerio ya varios grupos pro-gobierno imbuidos en la “viveza criolla” la utilizaban para obtener apoyos.
2.- El proyecto de gallineros verticales del Ministro Merentes[16].
3.- Los cultivos hidropónicos y huertos intensivos. Experiencias traídas por la Universidad Agraria de La Habana y puestos en marcha por una Brigada de Infantería del Ejército en terrenos del Metro de Caracas, administrados por una Cooperativa de San Agustín del Sur[17]. Aún el gobierno insiste en esta opción.
4.- Los Fundos Zamoranos. Modelo agroproductivo de corte socialista llamado a impulsar la constitución de mercados socialistas que evitan la intermediación en la producción.
5.- Los Núcleo de Desarrollo Endógeno (Nudes). Impulsados también por el primer mandatario.
6.- Las Empresas de Propiedad Social (EPSs, 2005). Como se señaló, modelo impuesto a cooperativas y empresas que deseen contratar con empresas públicas como Pdvsa y la CVG. Pdvsa las define de una manera poco comprensible, así[18]:
“Son “Empresas de Producción Social” las entidades económicas dedicadas a la producción de bienes o servicios en las cuales el trabajo tiene significado propio, no alienado y auténtico, no existe discriminación social en el trabajo y de ningún tipo de trabajo, no existen privilegios en el trabajo asociados a la posición jerárquica, con igualdad sustantiva entre sus integrantes, basadas en una planificación participativa y protagónica y bajo régimen de propiedad estatal, propiedad colectiva o la combinación de ambas”
7.- La cogestión. No es tal, realmente es participación accionaria con un patrono o capitalismo de un Estado propietario del 51% de las acciones frente a unos “cooperativistas” con solo el 49% de las acciones de las empresas objeto del modelo. Resaltan los casos de Alcasa, Invetex e Inveval siendo el más representativo el de Venepal empresa privada tomada por los trabajadores en agosto 2003 y expropiada por el gobierno con el nombre de Invepal en enero de 2006 e incorporada al esquema de cogestión junto a la Cooperativa Venezolana de Industrias del Papel (Covinpa). Con la incorporación de los Consejos de Trabajadores y la puesta en marcha del esquema de empresas socialistas, las fracasadas cooperativas devolvieron las acciones al Estado.
8.- Los consejos comunales. Figura establecida por ley del 09/04/2006 y relanzada mediante ley orgánica de diciembre 2009 con uso utilitario e ilegal de las cooperativas de ahorro y crédito como organización base de bancos comunales que serían simples receptores de aportes gubernamentales; es decir “cooperativas” sin ahorros ni créditos. La Ley Orgánica de Comunas del 2112/2010 eliminó este exabrupto legal.
9.- Las Empresas Socialistas o Empresas de Propiedad Social (2008). Estas nuevas EPS, serán de administración directa si son administradas por los trabajadores e indirecta si lo son por el Estado, provienen supuestamente de las comunidades a través de los consejos comunales o por las cooperativas que bajo cogestión decidieron devolver sus acciones al Estado. Estas empresas desarrollan, en lo posible, los denominados Consejos de Trabajadores, figura también impulsada por el gobierno en empresas privadas como Sanitarios Maracay, INAF, Textilera Gotcha, y otras.
10.- Las comunas. Figura propuesta en la idea de una nueva geometría territorial y rechazada en el Referéndum del año 2007 pero incorporada en el marco legal del país mediante la Ley Orgánica de Comunas.
Esa variada y fracasada fauna de inventos sociales” e instituciones financieras fue acompañada por el siguiente andamiaje burocrático:
1.- Misión Vuelvan Caras, luego Misión Ché Guevara desde el 2007.
2.- El Plan Fábrica Socialista[19].
3.- Cargo de Ministro de Estado para el Desarrollo de la Economía Social (Noviembre 2002).
4.- Ministerio del Poder Popular para la Economía Popular (Minep) y Ministerio de Desarrollo Endógeno (Septiembre 2004).
5.- Ministerio del Poder Popular para la Economía Comunal (Minec, marzo 2007), ministerio con un Reglamento Orgánico que no menciona las cooperativas y que en las atribuciones asignadas a la Oficina para la Economía Comunal sólo se refiere a la Economía Informal.
6.- Ministerio para la Economía Comunal (2009).
7.- Ministerio del Poder Popular para las Comunas y Protección Social[20], resultante de fusión del Ministerio para la Economía Popular con el Ministerio de Participación y Protección Social.
8.- Para financiar estas iniciativas se puso en marcha un sistema disperso de instituciones a partir de programas de microcréditos con base en la Ley de Microfinanzas, fundamentalmente bancos estatales: Banco del Pueblo Soberano, Banco de Desarrollo Económico y Social (Bandes), Banco de la Mujer (BanMujer), Banco de Fomento regional Los Andes (Banfoandes), Instituto Nacional para la Pequeña y Mediana Industria (INAPyMI), amén de numerosos fondos y dispositivos en gobernaciones y alcaldías del país, ver gráfico siguiente.
GRÁFICO N° 3. |
SISTEMA INSTITUCIONAL Y FINANCIERO PÚBLICO DE LA ES. |
Fuente. Convite A. C. (2006) La política de Economía Social y Desarrollo Endógeno del Gobierno Venezolano (1999 – 2007). Estudio descriptivo. Informe Final. |
Pudiera elaborarse un grafico similar de las instituciones gubernamentales y contratadas para funciones formativas en cooperativismo.
Las confusiones e inconsistencias señaladas se observaron también en el Decreto-Ley para el Fomento y Desarrollo de la Economía Popular (julio 2008) que dedica su articulado a la Economía Comunal y a un “modelo socio-productivo comunitario” presentando obvias inconsistencias entre título y contenido ya que no define la Economía Comunal ni la Economía Popular, término este solo mencionado en la exposición de motivos y en dos artículos.
Para finalizar, la Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal promulgada el 21/12/2010 no menciona la ES y las cooperativas: de “puntas de lanza de la revolución” a la desaparición absoluta.
05.- EL MAYOR CEMENTERIO MUNDIAL DE COOPERATIVAS.
Entre el 2002 y el 2006 Venezuela obtuvo entonces dos records mundiales: 1.- País con mayor número de cooperativas constituidas; y 2.- país con el mayor cementerio de cooperativas del mundo. Efectivamente, el país pasó de algo más de 900 cooperativas en 1999 a 155.000 en junio del 2005, y a 306.792 cooperativas a finales del 2011.
Ese número aumentó en los años siguientes. En una manifestación de Ceconave contra la imposición del impuesto sobre la renta a las cooperativas (imposición que aún se mantiene a pesar de la petición en contra formulada por Ceconave ante el Tribunal Supremo de Justicia), en noviembre del 2014, el entonces Superintendente de Cooperativa señaló la existencia de un número superior de cooperativas registradas. Investigaciones posteriores señalaron que de ellas solo unas 100.000 tendrían Registro de Información Fiscal (RIF) y sobre el año fiscal 2014 solo declararon impuesto unas 20.000 lo que no es indicador de actividad sino de simple llenado de la declaración electrónica, por lo que de ese total no deben funcionar en todo caso sino esas 20.000 y el resto considerarse desaparecidas.
El record mundial lo tenía China que en los 90s perdió 33.000 cooperativas de las 52.000 resultantes de la conversión en los 80s, de igual número de comunas en cooperativas agrícolas, industriales y artesanales. En América Latina lo tenía Nicaragua poseía al pasar de 3.500 agrícolas constituidas en el primer gobierno sandinista a menos de 300 para el 2011.
Es de observar que el gobierno debe tener muy bien guardadas las cifras, su Web tiene algo más de dos años “en construcción”, y las pocas que se filtran de la Superintendencia Nacional de Cooperativas (Sunacoop) no ofrecen confianza alguna. El autor debió construirlas sobre reportajes periodísticos y declaraciones públicas[21].
5.1.- CIFRAS ASOMBROSAS.
Asumiendo solo 306.792 cooperativas para efectos de cálculos, las cifras del siguiente cuadro son impresionantes. Para que no se acuse de exagerada la afirmación del cementerio se asumen que 40.000 serían las existentes al 31/12/2011 lo que significa un total de 267.792 cooperativas desaparecidas con 5.061.973 “asociados”,
Cuadro Nº 1.
CEMENTERIO GUBERNAMENTAL DE COOPERATIVAS. AL 31/12/2011. |
|||||
COOPERATIVAS LEGALIZADAS. | COOPERS | PROM. ASOCIADOS X COOPERATIVA | ASOCIADOS | ||
– Previas al gobierno actual 1999 (1) | |||||
Total previas al gobierno actual | 1.004 | 174,37 | 174.696 | ||
– Constituidas por el gobierno actual | |||||
Cooperativas constituidas en el 2001 | 1.045 | ||||
Cooperativas constituidas en el 2002 | 2.287 | ||||
Cooperativas constituidas en el 2003 | 17.958 | ||||
Cooperativas constituidas en el 2004 | 36.777 | ||||
Cooperativas constituidas en el 2005 (2) | 31.184 | ||||
Cooperativas constituidas en el 2006 | 91.157 | ||||
Cooperativas constituidas en el 2007 | 44.643 | ||||
Cooperativas constituidas en el 2008 | 9.794 | ||||
Cooperativas constituidas en el 2009 | 57363 | ||||
Cooperativas constituidas en el 2010 | 14.584 | ||||
Total gobierno actual (3) | 306.792 | 18,25 (4) | 5.617.277 | ||
TOTAL COOPERATIVAS | 307.796 | 5.791.973 | |||
Menos Cooperativas activas | (40.000) | 18,25 | (730.000) | ||
COOPERATIVAS INACTIVAS O “MUERTAS” | 267.796 | 5.061.973 | |||
Fuente: Oscar Bastidas – Delgado. 1.- Sunacoop: Para el 30/11/2001 existían 1.336 cooperativas con 232.967 asociados para un promedio de 174,37 asociados por cooperativas, se asume ese promedio a pesar de que de esas cooperativas existen algunas como San José Obrero con algo más de 40.000 asociados. 2.- Ministro de Economía Popular, Elías Jaua: Mediante la Misión Vuelvan Caras se constituyeron 6.683 cooperativas en el 2005, y en el 2006 se constituirían 3.034. Opinó que para el 27/05/05 se habían conformado 7 mil 717 cooperativas que aglutinaban 198 mil 999 lanceros. Agencia Bolivariana de Noticias. 3.- Ministra Isis Ochoa, de un total de 306.792 cooperativas constituidas durante los tres períodos gubernamentales del mandatario actual. Ese total incluye 14.584 para el año 2010, por diferencia se calculan las constituidas en el 2009. El Universal. Formación socialista costó Bs. 8.227.232 en 2010. 19/06/2011. 4.- Sunacoop asignó 1.100.000 asociados a 102.568 cooperativas para un promedio de 10,72 asociados por cooperativas, Si el Ministro Jaua afirma que para el 27/05/05 se habían conformado 7 mil 717 cooperativas que aglutinaban 198 mil 999 lanceros, el promedio por cooperativa de esta misión sería de 25,78. Para este cuadro y por convención, se asume el promedio de ambos para los años 2001 al 2010: 10,72 + 25,78 / 2 = 18,25 asociados por cooperativa.. |
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5.2.- NO MENOS DE CINCO MILLONES DE FRUSTRADOS.
Sin negar la existencia de vivianes que se enriquecieron con uno o más créditos y que pudiesen contarse varias veces como cooperativistas, la sinergia frustrante del fracaso de los 5.061.973 ciudadanos que intentaron reconducir sus vidas alentados por las promesas gubernamentales es mayúscula.
Las cifras del cuadro siguiente proporcionan una imagen del Radio de Frustración de quienes se ilusionaron con las propuestas gubernamentales ante el desempleo y otros problemas. Si ese número se multiplica por tres. El frustrado, su conyugue y un descendiente o amigo, se tendrá no menos de 15.185.919 millones de personas que casi con seguridad hoy descartan el cooperativismo como opción ante sus problemas.
El cuadro señala la existencia de no menos de 15 millones de venezolanos que abordaron el barco cooperativo sin llegar a destino alguno, cifra también tenebrosa pero insuficiente para mostrar el verdadero Radio de Frustración o Radio de Negatividad generado por una acción gubernamental improvisada y sin claridad cognoscitiva y política.
Cuadro Nº 2.
RADIO DE FRUSTRACIÓN DEL FRACASO GUBERNAMENTAL EN CUANTO A COOPERATIVAS. AL 31/12/2010. |
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PERSONAS FRUSTRADAS | MULTIPLICADO | RADIO DE FRUSTRACIÓN |
5.061.973 | X 3 | 15.185.919 |
Fuente: Oscar Bastidas – Delgado |
Otros frustrados. Si a las cifras anteriores se suman quienes reservaron nombre o denominación de cooperativas y no llegaron a legalizarlas, el total aumentaría. Un ejemplo, si entre el 2002 y el 2004 apenas legalizó el 11% de quienes reservaron, pudiera pensarse, por regla de tres, que si 306.792 cooperativas legalizadas representan el 11% de los nombres reservados entonces se reservaron 2.789.018 nombres de cooperativas. Si para reservar un nombre se necesitaba un mínimo de 5 solicitantes, se obtendría un total de 2.789.018 X 5 frustrados adicionales.
Más frustrados. La LEAC eliminó a Sunacoop como instancia de registro de las cooperativas y estableció la obligatoriedad de registrarlas “en la oficina subalterna de registro de la circunscripción judicial del domicilio de la cooperativa”; “Una vez constituida, la cooperativa deberá enviar a la Superintendencia Nacional de Cooperativas dentro de los quince (15) días siguientes al registro, una copia simple del acta constitutiva y del estatuto, a los efectos del control correspondiente”.
Obsérvese que estas cooperativas si fueron registradas, están asentadas en los registros respectivos, Sunacoop, luego de constatar la inexistencia de ellas debería buscar una fórmula para su liquidación y disolución y notificar a los respectivos registros esa inexistencia: ¡Tarea nada fácil!.
Pues bien, un número no determinado de “cooperativistas” incumplieron este paso. Si ese número se sumasen las constituidas y a las legalizadas que no enviaron recaudos, el Radio de Frustración se elevaría considerablemente.
5.3.- FALSAS COOPERATIVAS Y LAS DE MALETÍN.
Los rasgos señalados de la Identidad Cooperativa hacen presumir que una organización que se autodenomine como tal y los posea no es cooperativa. Para ser genuina no basta con llenar y registrar un modelo de estatuto, sus asociados deben estar conscientes de en cuál tipo de organización se están introduciendo, obvio, el resultado del proceso descrito fue el surgimiento de miles de falsas cooperativas ya que
Cooperativas falsas existen en numerosos países. Una cooperativa genuina se debe a sus asociados y a la localidad donde se desarrolla, produce bienes y servicios para ellos y ella, y debe aproximarse a la autogestión como eje participativo pleno, una falsa como las de maletín caben en las manos de quienes las utilizan para llenar sus bolsillos compartiendo comisiones con burócratas.
Con lo explicado, un analista podía aproximarse a las nuevas cooperativas venezolanas y diferenciar las falsas de las genuinas con solo recorrer algunas calles. Sin ser taxativos, mientras las genuinas deben funcionan sobre valores y principios como guías de acción, en las falsas las decisiones de ingreso, aportes y gestión las toma “el dueño” o pocas personas que actúan como grupo dominante, amañan asambleas y elaboran falsas actas con intereses específicos. En las falsas no existe interés por la formación y la capacitación, ni por la integración y la comunidad; las falsas no capitalizan y funcionan con activos alquilados para evitar riesgos de potenciales demandas. ¡Ni hablar de impulsar la autogestión!.
Las falsas generan lucro. Los pocos dueños de una de consumo, por ejemplo, que venda a no asociados, se apropian indebidamente los excedentes generados por terceros, igual sucede con los ingresos por alquileres de locales propiedad de las cooperativas. Falsas son las constituidas por patronos o irresponsables de empresas del estado que obligan a sus trabajadores a constituirlas para supuestamente contratarlas con claras intenciones de beneficio personal. Se suman las de construcción de compra – venta de materiales, las de mantenimiento de vías y edificios públicos, las de transportistas de hidrocarburos y de personal; de ensamblaje de motos y artículos electrodomésticos chinos, y otras para evadir el Impuesto al Valor Agregado (IVA).
Falsas son las de buses, taxis y mototaxis con avances que pagan rentas diarias como alquiler de los vehículos y no llevan registros de asociados; las financieras y de seguros que olvidan el mutualismo y son caparazones de aseguradoras y de concesionarias de vehículos; las que disfrazan relaciones de dependencia laboral; las que usan testaferros y ocultan activos para eludir responsabilidades ante posibles demandas de trabajadores explotados; en fin, las que realizan actividades diferentes al espíritu del Acto Cooperativo y actúan como mercantiles.
Ilustremos con dos casos las que tienen “un dueño”. Siendo el suscrito coordinador del Centro de Estudios de la Participación, la Autogestión y el Cooperativismo de la Universidad Central de Venezuela (Cepac-UCV), se presentó en su cubículo alguien interesado en constituir una cooperativa de mecánica pesada, afirmando ser capaz de “desarmar y rearmar un tractor con los ojos vendados”, y que si se le elaboraba el proyecto, “buscaría personalmente al presidente Chávez y conseguiría un crédito de 600.000 bolívares”; quien suscribe le ofreció gratuitamente un taller a él y su equipo para formular colectivamente el proyecto, el señor no regresó.
Segundo caso. Luego de una conferencia sobre cooperativismo en la Universidad Bolivariana ante unos 700 “cooperativistas”, un participante abordó al suscrito diciéndole: “profesor, quiero formar una cooperativa pero no sé de qué”. Quien suscribe le aplicó el concepto de la ACI: ¿Cuál problema compartes con otros miembros de tu comunidad que pueda ser resuelto con el concurso de todos y con aportes propios, mediante una cooperativa y sin esperar que los recursos te los aporte el gobierno”?: aún lo está pensando.
Ni hablar de las empresas privadas que por presiones gubernamentales debieron convertirse en cooperativas para ser contratadas por empresas públicas y ministerios, perdiendo su historial profesional y pagando comisiones bajo mesa, o de numerosas cooperativas constituidas por miembros de una misma familia que actúan sin transparencia e imposibilitan que un familiar denuncie a otro por manejos dolosos o corrupción.
Mención separada merecen las falsas de maletín, las constituidas por un individuo o pequeña rosca con el fin expreso de lograr contratos personalísimos o créditos fáciles impagables de antemano. La afirmación “contratos personalísimos”, se refiere a amigos y familiares de personeros del gobierno, en alcaldías, empresas públicas, ministerios o gobernaciones, que, conociendo las ventajas de las cooperativas para contratar las constituían y aún constituyen con la seguridad de un contrato bajo tráfico de influencia.
De maletín son las constituidas por familiares de funcionarios públicos para lograr contratos jugosos en ministerios y empresas como Pdvsa, y las contratadas para labores de aseo urbano por ciertas alcaldías y las que apoyan labores de electricidad, y teléfonos a las empresas públicas respectivas. Es de recordar que Pdvsa y la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) fueron los organismos públicos que iniciaron contrataciones masivas mediante tercerización de cooperativas como proveedoras, originando una red incontrolable de miles de “cooperativas” que se escaparon de sus manos y cuyos miembros exigieron luego al gobierno pasar a las nóminas de las empresas contratantes apoyados en la modificación de la Ley Orgánica del Trabajo (LOT), ley que por cierto criminaliza la tercerización u outsourcing.
Otro caso también ilustra, le fue narrado a quien suscribe por una maestra que durante años impulsó el cooperativismo escolar con gran espíritu y conocimiento en la población de San Casimiro:
“Profe, me invitaron a una reunión de unas 36 personas y nos sentaron en grupos de 5 y 6 en mesas. En cada mesa se llenó un modelo de estatuto y unas planillas con el apoyo de una computadora. Cuando me percaté que estaba constituyendo una cooperativa con gente que ni conocía, rechacé continuar y me marché. A los días me informaron que a cada grupo le dieron un crédito y que el organizador de la reunión se quedó con un porcentaje, creo que el 20%”.
Varias de las nuevas cooperativas fueron contratadas en tercerización por el Estado para realizar actividades no relacionadas con el negocio de ellas sino de segundo orden como limpieza, administración de comedores, pintura, mantenimiento, electricidad, etc. Entre las contratadas se calcularon unas 4000 por Pdvsa, 200 por Cantv, 67 por la Electricidad de Caracas y 800 por Cadafe[22]; casi todas hoy inactivas o sumadas al cementerio. Era de preverse, su estabilidad contractual siempre era débil, depender de un contrato las hacía vulnerables en cuanto al Principio de la Autonomía y la Independencia. En el universo de las falsas deben considerarse las 21.000 que con forma de ahorro y crédito funcionaron como bancos o unidades de tesorería de los consejos comunales y dejaron de serlo gracias a la Ley Orgánica de Consejos Comunales.
Justo es reconocer que entre las nuevas se encontraban experiencias urbanas y rurales con visos de éxitos mas por esfuerzo propio que por orientación o apoyo gubernamental como algunas de profesionales y técnicos, la de trabajo asociado (CTA) que administra el Hotel El Paseo en Maracaibo, las de productores de cacao de la región de Paria[23], y otras de transportes de taxis y colectivos, de restaurantes, areperas, y mototaxis de diversas ciudades.
5.4.- APORTES DE LAS NUEVAS COOPERATIVAS.
Una somera comparación entre los aportes de las tres economías al PIB nos muestra que no hay aporte significativo de la ES (entiéndase cooperativas); cuadros construido con cifras de Víctor Álvarez, ex ministro de Industrias Básicas y Minería, ex director de Pdvsa, y ex presidente de la CVG y de Bancoex muestran esa realidad.
Cuadro N° 3. | ||||
APORTES DE LAS DIFERENTES ECONOMÍAS AL PIB % | ||||
Economía Privada | Economía Estatal | Economía Social | ||
1998 | 64,7 | 34,8 | 0,5 | |
2008 | 70,9 | 20,1 | 1,6 | |
Fuente: Víctor Álvarez. Ponencia: “Hacia dónde va el modelo productivo”. Seminario: Intelectuales, Democracia y Socialismo. Centro Internacional Miranda. 2-306/2009. | ||||
En cuanto al empleo en los mismos años los impactos son insignificantes. Véase el Cuadro N° 2.
Cuadro N° 4.
APORTE EN EMPLEOS. | ||
Personas ocupadas | Volumen | |
1998 | 173.922 | 1.6 |
2008 | 201.773 | 1.7 |
Fuente: Víctor Álvarez. Ponencia: “Hacia dónde va el modelo productivo”. Seminario: Intelectuales, Democracia y Socialismo. Centro Internacional Miranda. 2-306/2009. |
Sin comentarios.
5.5.- HACIA UN POSIBLE CEMENTERIO DE CAJAS DE AHORRO.
Como toda OES, una caja de ahorro, denominada fondos de empleados en Colombia y cajas de economías en Canadá, es constituida voluntariamente por grupos de personas que tienen como vinculo la empresa en la que laboran y buscan satisfacer sus necesidades de ahorro y de consecución oportuna de créditos, gracias a ellas. A diferencia de los fondo de ahorros, en los que los patronos regularmente aportan cierta cantidad sobre los montos ahorrados, las cajas depende exclusivamente de sus asociados y debe ser autónoma en sus decisiones.
Pues bien, en Venezuela el ex – presidente Maduro, ante las arcas gubernamentales vacías, se propuso en el 2014 impulsar “una ingeniería financiera” para salvar de la debacle la populista Misión Vivienda con los ahorros de años de los asociados a las cajas mediante un improvisado Fondo Nacional de Prestaciones Sociales y de Protección de las Cajas de Ahorros de los Trabajadores, invento de escritorio sin obvia participación de los ahorristas pues solo convocaría a sus presidentes. Esa nefasta propuesta no ha prosperado pero ha sido recordada en posteriores alocuciones.
06.- CAUSAS DEL FRACASO.
Sin duda que la gestión gubernamental en cuanto a la constitución de cooperativas entre el 2002 y el 2010 constituyó un rotundo fracaso. Defender esa gestión con el argumento de que hizo del país el de mayor número de cooperativas de América Latina es olvidar el costo socio-económico y político institucional de ese fracaso, sobre todo para quienes deseamos que la vía de la Economía Social, y de ella el cooperativismo, se convierta en eje del desarrollo de un Tercer Sector económico con valores, principios y buenas prácticas del país.
Quienes la defienden olvidan que la calidad de las nuevas cooperativas y sus impactos laborales y económicos así como el peso de ellas en el PIB es insignificante e impreciso no muy mayor en todo caso al 1%. Salvo excepciones como Cecosesola, Corandes, Cecofal Gas, Cecobar con su clínica cooperativa, San José Obrero, y el Servicio de Protección Social de Ceconave, todas constituidas antes del 2001, las nuevas cooperativas no impactan el mercado ni compiten con PyMEs o servicios públicos. Ni comparar con otros países.
En nuestro país no fracasaros las cooperativas ni los cooperativistas o quienes pretendieron serlo, fracasó el primer mandatario, fracasó el gobierno. Hoy, difícilmente el ejército de ciudadanos frustrados y sus allegados desearán conectarse nuevamente con cooperativas.
Con base en el descalabro organizacional descrito puede afirmarse que al gobierno marginar el término Economía Social y usar indebidamente la figura cooperativa, puso retroceso al avance de una democracia económica con valores y principios, perdiendo la oportunidad de poner en marcha una estructura socio-económica con mayores fortalezas y sinergias que las de la Economía Popular y Comunal.
En el panorama descrito hay tres actores sobre el escenario: Gobierno, potenciales cooperativistas y movimiento cooperativo.
Si duda que en un balance de las causas el peso mayor en el fracaso queda del lado del gobierno. Fracasaron desde el mismo primer mandatario hasta funcionarios de menor jerarquía. El gobierno jamás formuló una política integral hacia las cooperativas. En la constitución de cooperativas y en los procesos formativos jamás se incorporaron cooperativistas con experiencias; cooperativistas de las “cooperativas de la IV República” como peyorativamente los calificaba el Superintendente Augusto Celis.
Proliferaron los abusos de la personalidad jurídica cooperativa por el gobierno y algunos empresarios inescrupulosos que se valieron de ellas para evadir impuestos y otras obligaciones laborales. La primera empresa en iniciar ese abuso fue Pdvsa que desmembró unidades y exhortó a sus empleados a constituir cooperativas y contratarlos, y también obligó a viejas y consolidadas empresas contratantes a transformarse en cooperativas o constituir cooperativas también para contratarlas.
6.1.- UNA CAUSA UNIVERSAL.
– Incomprensión de la doble dimensión Asociación – Empresa. Este rasgo clave de la identidad cooperativa no fue comprendido por el gobierno y sus personeros y, obvio, tampoco señalado a quienes de buena fe constituyeron sus cooperativas. Pero mayor atención llama que el sector del cooperativismo que entregó el proyecto de LEAC al fallecido primer mandatario ya que ese proyecto, ahora ley, se denomina “de Asociaciones Cooperativas”, olvidando la dimensión empresarial. Su nombre correcto debió ser Ley Especial de Cooperativas.
Comprender esa dimensión permitiría incluir a las cooperativas en el ámbito de las PyMEs y proporcionarles los mismos apoyos que éstas reciben del gobierno y el sector financiero; permitiría también un control gubernamental cónsono con esa condición económica y no de sociedades de “beneficencia” o simples asociaciones como ha sucedido en el país desde siempre hasta este momento.
Sobre este aspecto es válido considerar nuevamente la Recomendación 193 de la OIT en cuanto a: Establecer una legislación clara y políticas de promoción que correspondan a los papeles y funciones de las organizaciones que proporcionan bienes sociales como las cooperativas; y exigir respeto la doble dimensión Asociación – Empresa de las cooperativas. Otras causas fueron.
6.2.- CAUSAS ATRIBUIBLES AL GOBIERNO.
– Ausencia absoluta de definiciones sobre Economía Social y cooperativismo. Los actores gubernamentales, desde el fallecido primer mandatario y un Ministro de Estado para el Desarrollo de la Economía Social, pasando por los superintendentes de cooperativas y sus equipos, hasta llegar a los facilitadores de esa superintendencia, del Instituto Nacional de Capacitación y Educación Cooperativa (INCES), y de la Universidad Rómulo Gallegos. Ellos desconocían y aun desconocen las pautas básicas del cooperativismo.
– Constitución de cooperativas con fines políticos y hasta de solapado financiamiento al partido de gobierno y otros movimientos. Numerosos militantes de los círculos bolivarianos y simples simpatizantes del gobierno constituyeron cooperativas como una acción militante. La pléyade de organismos financieros observada permitió al gobierno central “bypasear” la pesada burocracia y entregar dinero según intereses sin control alguno; no existen cifras fieles sobre el total de “créditos” y “apoyos” otorgados
– Financiamientos sin exigencias previas de proyectos y planes de negocios. Recibir financiamiento sin ideas para invertirlos facilitó su consumo en “salarios” y activos injustificados como vehículos, computadoras, y otros.
– Desconocimiento de la importancia del lo empresarial en el funcionamiento de las cooperativas. Ello se observó en la calidad del material fundamentalmente ideológico utilizado por los facilitadores de cursillos de Sunacoop, el INCES, y universidades como la Rómulo Gallegos. Desconocimiento acompañado del rechazo a priori a términos como mercado, gerencia, planes de negocios y otros “por ser propios del capitalismo”..
– Imposición de la figura cooperativa a cualquier contratista del Estado. Efectivamente, empresas públicas como Pdvsa y la CVG las obligaban a convertirse en cooperativas o constituir cooperativas para contratarlas.
– Imposición de la figura “Empresa de Producción Social” (EPS). Esta figura de escritorio se impuso a partir del 2005 pero ahora a las empresas y cooperativas que quisiesen contratar con empresas públicas. Ella contempla la igualdad absoluta en el reparto de excedentes de las contratadas en detrimento de la equidad, alejando de esas empresas y cooperativas a los trabajadores mejor preparados y más productivos.
– Errónea cogestión en las empresas expropiadas. En esas empresas el gobierno obligó a los trabajadores a constituir cooperativas que recibirían un porcentaje de acciones. No es cogestión, es realmente participación accionaria y propia del capitalismo; los “cooperativistas” tomarían decisiones no por poseer la fuerza de trabajo sino el 40% de las acciones. Esta salida reforzó el capitalismo de Estado negando el supuesto socialismo.
Otras causas son muy parecidas a las observadas por Kliksberg acerca del fracaso de la participación[24].
– Búsqueda de soluciones inmediatas por sectores gubernamentales y ciudadanos que ven en las cooperativas la panacea para sus problemas. Kliksberg lo denomina eficientísimo cortoplacista; consiste en una resistencia primaria a la ES cuestionándola en términos de costo y tiempo. Poner en marcha un proyecto de ES significa costos económicos necesarios para el éxito de la organización que se emprende pero se debe estar consciente de que los procesos de maduración y apropiación de valores y principios, así como la consolidación de prácticas democráticas son de largo plazo y los resultados no serán inmediatos.
Apropiado es reconocer que varias de las cooperativas recientemente constituidas ya fracasaron pues por premura descuidaron aspectos fundamentales del funcionamiento. En esas acciones no puede dominar la premura pues la probabilidad de fracaso sería alta.
– Subestimación de los pobres. Kliksberg señala una realidad acerca de los pobres: En diversas oportunidades sectores directivos y profesionales de las organizaciones que deben llevar a cabo proyectos, tienen una concepción que desvaloriza capacidades de las comunidades pobres. Creen que serán incapaces de integrarse a los procesos de diseño, gestión, control y evaluación y que no pueden aportar mayormente por su debilidad educativa y cultural por lo que necesitarán períodos muy largos para salir de su pobreza. También piensan que sus liderazgos son primitivos, sus tradiciones son atrasadas, y que su saber acumulado es una carga. Nada más alejado de la realidad. En nuestro país, numerosos pobres, a través de sus cooperativas y otras OES han demostrado en numerosas oportunidades las capacidades y logros de gente pobre en cuanto a bienes pero rica en propuestas e inventiva.
– Ausencia de visión económica en las inversiones en OES. Numerosas personas perciben las OES con criterios fundamentalmente sociales olvidando la relación costo / beneficio propia de todo Plan Organizacional o Plan de Negocios. Olvidan o desconocen, que las OES son un binomio indisoluble: asociación dueña de una empresa, cuya dimensión asociativa conlleva impactos sociales demostrables mediante un instrumento denominado Balance Social; y su dimensión empresarial debe medirse con los balances financieros y económicos adaptados a las consideraciones específicas de las OES. Es esa relación lo social / lo económico la que justifica, sobre todo al inicio, el montaje de una OES con viabilidad económica; si ella no existe, lo social se caerá tarde o temprano.
La idea de “capital social” afirma Kliksberg, “rompe categóricamente con estos mitos sobre las comunidades pobres. Una comunidad puede carecer de recursos económicos, pero siempre tiene capital social”. Las comunidades pobres tienen normalmente todos los elementos constituyentes del capital social: valores compartidos, cultura, tradiciones, sabiduría acumulada, redes de solidaridad, expectativas de comportamiento recíproco. Cuando logran movilizar ese capital social, los resultados pueden ser tan importantes como los observados en este trabajo en Villa el Salvados del Perú, o nuestras Ferias de Consumo Familiar. Por otra parte como anotara Albert Hirschman (1984): “a diferencia de otras formas de capital, el capital social es el único que aumenta con su uso”.
– Tendencia a manipulación de las comunidades. Esta afirmación debe observarse desde varios ángulos. Desde el lado gubernamental, existen brechas entre las intenciones gubernamentales manifiestas y las declaraciones. Algunos mensajes, particularmente del primer mandatario, perjudican, hicieron daño al desarrollo del cooperativismo. Afirmaciones presidenciales como “formar cooperativas es muy fácil, se reúnen cinco personas y listo” ha sido contraproducente para el MC, proporcionan la idea de facilismo en la puesta en marcha de las cooperativas al no reconocer los esfuerzos sostenidos de miles de cooperativistas a lo largo de los últimos cuarenta años.
Puede afirmarse que al negativo discurso presidencial se le suma la ausencia operacional de las instancias gubernamentales que deberían apoyar al sector; Allí aparecen como problemas la ausencia de una estructura estatal de financiamiento apropiada para el cooperativismo; el desconocimiento del sector y las deficiencias presupuestarias de instancias como Sunacoop; el facilismo con que Sunacoop aprueba la constitución de nuevas cooperativas sin verificar la existencia de un proyecto económico que sustente la viabilidad; y el financiamiento a fondo perdido de la puesta en marcha de esas cooperativas, conforman un cuadro propicio para facilitarle a las comunidades la constitución de débiles o falsas cooperativas pero para los sectores gubernamentales la manipulación de ellas.
– El proceso escapó de las manos del gobierno. Es reconocido el bajo presupuesto de Sunacoop en proporción a las magnitudes numéricas de cooperativas constituidas y a la importancia que como “puntas de lanza del proceso” ellas poseían. El acento mayor en cuanto a inexistencia de controles apropiados lo proporciona la misma Contraloría General de la República (CGR) en su Informe Actuaciones 2010 al afirmar que “Las cooperativas, al igual que los consejos comunales, no tienen quien las supervise”.
La CGR llegó a esa conclusión, advirtiendo “sobre la falla en la supervisión del Ministerio de las Comunas y Protección Social y del Servicio Autónomo de Financiamiento de Consejos Comunales y ahora sobre las deficiencias en el seguimiento a las sociedades de beneficio colectivo”. Entre otras observaciones se señalan:
– “Se determinaron incongruencias tales como varios archivos, formatos diferentes y espacios vacíos en nombre, N° de RIF, dirección, teléfonos, objeto, parroquia, origen, grado y fecha de registro»
– Sunacoop no cuenta “con un sistema de cooperativas actualizado, con información oportuna y confiable sobre aspectos sociales, económicos, financieros y educativos de las asociaciones y sus asociados, a los fines de la toma de decisiones en el ámbito de sus competencias«.
– Sunacoop “carece de manuales de normas y procedimientos aprobadas por el Ministerio de las Comunas para la legalización, registro, supervisión y promoción de cooperativas”.
– «Se favorece la discrecionalidad en los procedimientos, al no contar con instrumentos que garanticen la uniformidad de los procesos administrativos y definan con claridad las funciones de cada cargo, su nivel de autoridad, responsabilidad y sus relaciones jerárquicas».
– “Se determinó que en tres de cuatro acciones del plan «transformación de las cooperativas a consejos cooperativas» no se ejecutó 11,15% de las solicitudes atendidas, 52,87% de las inspecciones/fiscalizaciones, ni 38,10% de la formación de consejos comunales por falta de personal”.
Esta situación no escapa de la vista del MC. El Consejo Cooperativo Estadal Lara, novedoso organismo de integración de cooperativas de ese estado, afirma en documento público que[25]:
“En la actualidad [Sunacoop] organismo adscrito al Ministerio del Poder Popular para las Comunas y Protección Social, comparte responsabilidades con otra Dirección de ese Ministerio denominada Taquilla Única, en materia cooperativa.
Desde hace dos años y como política del Ministerio de las Comunas, Sunacoop cumple otras responsabilidades con los Consejo Comunales y la orientación de las Comunas en su consolidación u organización, dentro del contexto de la Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal y últimamente de apoyo para el censo de la Misión vivienda. La mayoría de los funcionarios entonces tienen múltiples asignaciones, además de recibir todo lo relativo a la atención de las cooperativas, solicitudes del Certificado de Cumplimiento, Revisión de documentos de las obligaciones formales, fiscalización, formación y capacitación que son las misiones naturales de la Sunacoop.
Se evidencia un distanciamiento y abandono de estas responsabilidades. Para ejemplo en el estado Lara de 1.280 solicitudes de Certificado de Cumplimiento hecha por los cooperativistas, solo se respondieron 180, 540 fueron devueltos y las demás archivada o extraviadas en la oficina Central.
El sector cooperativo se encuentra huérfano, ya que la Sunacoop, no se pronuncia ante los constantes atropellos de lo que somos víctimas los asociados de las cooperativas que acudimos ante alguna oficina pública, para tratar de obtener registro de un Acta, registro ante el Ministerio del Trabajo, Inces, IVSS o cualquier otro organismo. En definitiva el Ente Rector que debe establecer los parámetros para el trato a las cooperativas, más bien entorpece este desarrollo, ¿Cómo es posible que la propia Sunacoop, le devuelva una solicitud del Certificado de Cumplimiento a una cooperativa dedicada desde hace 40 años a la prestación de un servicio a sus asociados de funeraria, aludiendo que debe inscribirse en La Superintendencia de la Actividad Aseguradora?
Solo algunos detalles que demuestran el alejamiento de la Sunacoop del sector cooperativo, todo esto viene al fondo de la situación, cuando en Lara tenemos más de 45 días sin que sea nombrada en propiedad un Coordinador(a), situación esta que retrasa mucho más la atención y entrega de las Constancias Provisionales de trámite del Certificado de Cumplimiento, que no todos los organismos reciben, por una mala interpretación de la exigibilidad de este Certificado.
Sobran comentarios.
6.3.- CAUSAS ATRIBUIBLES A OTRAS INSTANCIAS PÚBLICAS.
El uso improvisado de la formula cooperativa por el primer mandatario, su posterior politización al exhortar a los círculos bolivarianos a constituirlas, el mal uso que de esa fórmula hicieron ministros, gobernadores, alcaldes, directivos de bancos gubernamentales y otros afectos al gobierno como los coordinadores de la Misión Vuelvan Caras, y las imposiciones de las fórmulas arriba comentadas constituyen indudablemente un abuso de la formula cooperativa por parte del gobierno central.
Pero el abuso también surgió de la Asamblea Nacional. La comisión de la Asamblea Nacional responsable de elaborar el Proyecto de Ley de Economía Social (2004-05), comisión en la que participó solo un actor del cooperativismo venezolano, el cooperativista y abogado Pedro Chapón. Uno de los autores de estas líneas constató la incidencia de los vaivenes presidenciales en los escritos de esa comisión que sin norte conceptual debatió los siguientes nombres: Ley de Economía Social, Ley de Economía Solidaria, Ley de Economía Social y Solidaria, Ley de Desarrollo Endógeno, y finalmente Ley de Economía Popular[26].
A ello se suma el abuso de incluir las cooperativas de ahorro y crédito en la Ley de los Consejos Comunales como figura apropiada para la tesorería de los bancos comunales[27]. Bajo esa ley se constituyeron 40.629 consejos hasta diciembre 2010 según cifras de Ministerio para las Comunas y Protección Social por lo se presume que se constituyó igual número de cooperativas, cooperativas que deben ser suprimidas por Sunacoop de conformidad con la Ley Orgánica de los Consejos Comunales.
Por su parte el Fondo de Desarrollo Microfinanciero (Fondemi), se apropió de los bancos comunales o bancomunales para manejar asignaciones de créditos en condiciones especiales y otros no retornables para comunidades[28].
6.4.- CAUSAS ATRIBUIBLES A LOS POTENCIALES COOPERATIVISTAS.
– Confusión entre lucro y ganancia. Por naturaleza la suscripción de capital de una cooperativa no tiene carácter especulativo pues está destinado a permitir al asociado enfrentar su problema accediendo a un servicio, por ejemplo. Esa es la razón por la que la cooperativa concede preferencia a remunerar la actividad antes que el capital, y siendo ella de propiedad colectiva, concede preferencia a la inversión colectiva antes que a la individual pero ello no es comprendido por quienes buscaron en ella ganancias fáciles.
– Incomprensión de la naturaleza de los fondos irrepartibles. En estricta relación con el problema del no lucro se encuentra el referido a la formación de capital y a los fondos irrepartibles, ambos elementos juegan importantes papeles y de sus manejos dependerá el funcionamiento y la credibilidad de la cooperativa ante sus asociados y terceros, así como el crecimiento del cooperativismo. Numerosas cooperativas constituidas por el actual gobierno obtuvieron créditos, adquirieron activos que ante inminentes fracasos fueron repartidos o vendidos y el destino final del producto de las ventas fueron las cuentas individuales de los “cooperativistas”.
– Incomprensión de la justeza del reparto de excedentes y de los anticipos societarios. Como se explicó, el excedente es la cantidad que queda en el ejercicio económico luego de deducidos los gastos de funcionamiento de los ingresos obtenidos por la cooperativa gracias a la participación activa de los asociados. Pues bien, numerosos “cooperativistas” se repartieron ingresos sin calcular excedentes y hasta los porcentajes de excedentes que debieron abonarse a fondos específicos de las cooperativas; otros se asignaron jugosos sueldos que mermaron lógicamente los créditos obtenidos sin que muchas veces se hubiesen iniciado supuestas operaciones.
6.5.- CAUSAS ATRIBUIBLES AL MOVIMIENTO COOPERATIVO.
Salvo la Federación de Cooperativas de Transporte de Venezuela (Fecotrave), que a lo largo de este gobierno ha mantenido una posición de cierta neutralidad política. Ceconave y Fecoseven si tuvieron inclinación progubernamental e hicieron mutis ante el daño que el gobierno hacía al movimiento impulsando cooperativas con acciones que a todas luces chocaban con sus valores, principios y prácticas.
Influyó sin duda el interés de varios actores por figurar como dirigentes y ganar figuración partidista, obtener ciertos cargos y financiamientos que jamás llegaron a pesar de sus “contactos y numerosos viajes a Caracas”. A partir del 2003 con la radicalización del proceso “revolucionario”, el gobierno marginó a los representantes de los organismos de integración que existían antes de 1999.
Sin embargo hubo actores que insistieron en ganar figuración política de convertirse en “dirigentes cooperativos”, lo que derivó en asambleas con el fin único de quitar honestos y trabajadores dirigentes respetuosos del principio cooperativo de la neutralidad política, para colocar el organismo respectivo al servicio gubernamental.
El caso más ilustrativo fue el de Ceconave, no más de una docena de miembros sin mayor figuración se apoderó de su consejo de administración para colocarla al servicio del referendo presidencial revocatorio del 2005; otras centrales como la de Barinas siguieron los mismos pasos. Hoy Ceconave y la Central de Barinas están muy disminuidas, Ceconave al menos fue recuperada institucionalmente y está en proceso de recuperación.
- – ¿QUÉ HACER?. HACIA UNA POLÍTICA DE ESTADO PARA EL DESARROLLO DE LAS OES.
El desarrollo y la permanencia en el tiempo de las cooperativas, es responsabilidad exclusiva de sus asociados y de las comunidades que se benefician de su existencia. Si no se está consciente de la necesidad de estudiar, capacitarse y prepararse económicamente para enfrentar los desafíos y los cambios con un entorno socioeconómico cada vez más difícil, se marcha al fracaso; ello obliga a la creatividad, a buscar soluciones originales a los problemas de capital, y a desarrollar una conciencia estratégica colectiva que, con valores, permita a los cooperativistas elevar sus condiciones laborales y de vida.
Sin dudas que la amplia mayoría de las cooperativas presentan deficientes capacidades administrativas y técnicas, no solo financieras, y sus asociados problemas de formación, capacitación y motivación, en esas condiciones se hace casi imposible que compitan sanamente con sus contrapartes capitalistas y estatales. El desafió acá implica salvar las cooperativas salvables, fortalecerlas en lo organizacional y lo humano, impulsarlas hacia la integración y la autogestión.
La dependencia, vía contractual, de empresas estatales, ministerios, gobernaciones y municipios de numerosas unas 7.000 cooperativas debe superase por la vía de incentivarlas a ampliar su oferta laboral hacia otras empresas; esta vía implica integración de esfuerzos y recursos, uso común de maquinarias y equipos así como compartir conocimientos y trabajo.
7.1.- RETOS DEL GOBIERNO COOPERATIVO.
Enfrentar estos desafíos obliga al Gobierno Cooperativo, es decir a sus instancias estratégicas: asamblea y consejos de cada cooperativa y organismos de integración a trazar la estrategia de la cooperativa, es decir, delinear el conjunto sinérgico de planes y acciones que la cooperativa debe poner en práctica para lograr sus objetivos en un medio ambiente cambiante gracias a sus propias transformaciones y a las ventajas comparativas que le proporciona su especificidad cooperativa.
Para Michel Lafleur, son 8 los desafíos que la particularidad cooperativa plantea a su gobierno y la gerencia, y ellos son observables en la realidad venezolana; se resumen así[29]:
01.- Desafío de la participación. “Se traduce por un derecho y una obligación de participación de los miembros que demanda una gestión participativa a fin de asegurar una aportación única de los miembros para los destinos de la cooperativa”.
02.- Desafío de la intercooperación de negocios sectoriales. Plantea que “son la cooperativas de base las que son propietarias de la “oficina-jefe” o de la “oficina central” y no al inverso como en las empresas tradicionales. Con esta jerarquía invertida, las cooperativas se reagrupan por sector con el fin de controlar una nueva organización y de ofrecer una serie de servicios, de mejorar sus costos, de realizar economías de escala, etcétera”.
03.- Desafío de la inversión y la capitalización. La inversión y la capitalización reposan principalmente en las manos de los miembros de la cooperativa, “lo que limita las fuentes potenciales para una búsqueda de fondos. Esto obliga a las cooperativas a sacar el dinero para su puesta en marcha, su desarrollo y su capitalización principalmente de sus miembros…”.
04.- Desafío del servicio o producto. “Las cooperativas son creadas con el fin de responder a una necesidad o a un servicio. El desafío básico para la cooperativa, en un medio ambiente competitivo y no cooperativo, es ofrecer un producto o un servicio que responda a las necesidades y exigencias de los miembros y futuros miembros a un precio competitivo; este es el origen de la cooperativa”.
05.- Desafío de la segmentación. El principio de la puerta abierta procura que la cooperativa, de consumo sobre todo, “no puede negar la entrada a cualquiera que desee participar en el proyecto cooperativo (…) La cooperativa se encuentra pues delante de un mercado no segmentado”. Lafleur toma como ejemplo a Desjardins y afirma que este complejo cooperativo “no puede decidir abandonar una parte de sus miembros más pobres para dedicarse a sus miembros más ricos o ir a buscar miembros fuera de la comunidad”.
06.- Desafío de la relación de uso. “La dinámica de la gestión de cooperativas intenta maximizar el valor de uso para una necesidad precisa de los miembros de una cooperativa y no un rendimiento máximo de la inversión de un accionista en una vasta gama de sectores económicos. La relación de uso es, desde este punto de vista, relativamente estrecha y estable: está ligada ya sea al trabajo, al consumo o a la producción (…) La cooperativa está pues, en cierta forma “limitada” y “cautiva” por las necesidades de sus miembros. Consecuentemente, el análisis estratégico no se fundará sobre las ganancias máximas sino sobre la maximización de la relación de uso”.
07.- Desafío del desarrollo local. “Al cumplir sus objetivos, las cooperativas lógicamente están consagradas al desarrollo de su comunidad, puesto que sus miembros proceden de ella y éstas deben vivir esencialmente de las relaciones económicas con la comunidad. La cooperativa está pues “condenada” a tener una dinámica local”.
08.- Desafío de la educación cooperativa. “Una parte de la plusvalía de la cooperativa se sitúa en su democracia, su durabilidad, sus objetivos a largo plazo, etcétera. Consecuentemente, ella debe necesariamente educar a sus miembros y a su comunidad para que estos tomen en consideración no solamente sus resultados económicos, sino también sus resultados en el ámbito del desarrollo, de la democracia, etcétera”.
A estos desafíos se agregan los obstáculos y mal uso gubernamental más los propios de la competencia con las empresas de capital.
7.2.- RETOS EN CUANTO A LAS RELACIONES CON EL ESTADO.
La formulación de políticas públicas es importante para el desarrollo de las cooperativas pero deben insertarse en una Política de Estado para el Desarrollo de la ES. El marco legal lo proporciona la Constitución Nacional, la Ley Especial de Asociaciones Cooperativas (LEAC) y la Ley de Cajas de Ahorro, Fondos de Ahorro y Asociaciones de Ahorro Similares, así como otras leyes que consideran las cooperativas en su articulado.
Deberían considerarse como elementos de reflexión aquellas leyes de otros países sobre Economía Social o de Economía Solidaria. La Recomendación 193 de la OIT, de obligatorio cumplimiento para el Estado y los empresarios venezolanos en su condición de firmante de ella, proporciona un primer marco. En ella destacan los siguientes puntos:
01.- Una clara responsabilidad para los Estados, las empresas y los sindicatos en la promoción de las cooperativas, y en la provisión de un marco jurídico que proteja la autonomía de ellas.
02.- La promoción de estructuras propias del cooperativismo, gracias a la integración particularmente, y de apoyo a las cooperativas.
03.- La educación sobre el cooperativismo, no sólo en su movimiento cooperativo, también en la educación formal del país.
04.- El apoyo de instancias cooperativas y de proyectos internacionales en la promoción de cooperativas.
Es de observar que las siguiente condiciones aplican también a las empresas de capital que contratan con OES mediante diversas formulas como la de los Negocios Inclusivos o la creación de cooperativas con empleados para ocupar espacios en sus cadenas de valor.
7.2.1.- Autogestión y autofinanciamiento Vs. Intervencionismo estatal.
Un proyecto cooperativo no puede formularse por voluntad externa a los potenciales cooperativistas y toda cooperativa para trascender, debe ser un solo edificio con dos pilares en permanente inter-desarrollo: el social y el económico, proporcionados fundamentalmente por la asociación y la empresa respectivamente. Ese edificio debe ser construido sobre un terreno abonado por la educación, la autonomía y el autofinanciamiento, así como los valores y cultura de sus potenciales fundadores; adicionalmente, debe tener como norte la autogestión.
Un problema álgido en la búsqueda de la autogestión lo constituye las relaciones que las cooperativas establecen con personajes y organizaciones burocráticas interesadas por alguna razón en constituir cooperativas o interferir en sus procesos internos como los gobiernos y las empresas públicas, los partidos políticos, los bancos, los sindicatos, y otras organizaciones; por lo que, de no existir claridad en cuanto a que ellas necesitan autonomía e independencia para su pleno desarrollo, se corre el riesgo de que aquellas transmitan a las cooperativas sus esquemas burocráticos de funcionamiento y los vicios que ellos conllevan, obstaculizándose la opción autogestionaria.
Sin negar el papel de las instancias públicas en apoyar la constitución y desarrollo de las cooperativas, constituidas éstas, la intervención estatal en ellas no debe aceptarse bajo ningún precepto. Al respecto afirma la Alianza Cooperativa Internacional – ACI[30]:
“las políticas gubernamentales deberán ser creadas permitiendo ambientes que propicien el crecimiento de las cooperativas tomando en cuenta el carácter especial del modelo de la empresa cooperativa, sus objetivos y contribuciones al desarrollo social y económico de las comunidades locales y países”, y que “los Gobiernos deberán, en colaboración con las organizaciones cooperativas identificar y eliminar los obstáculos que persistan o que no permitan a las cooperativas competir en igualdad de condiciones con otros tipos de empresas”.
La misma Organización Internacional del Trabajo – OIT en la primera edición de su excelente documento Promoción de las Cooperativas II (2000), recomienda limitar el papel de los gobiernos a una función reguladora en el marco político-jurídico e institucional precisando:
“Es recomendable también que las cooperativas sean supervisadas y controladas en condiciones similares a las de otras empresas para evitar un paternalismo estatal, un proteccionismo que les impida desarrollar la opción autogestionaria.
Al respecto, Bruno Roelants, Secretario General de la Organización Internacional de Cooperativas de Producción Industrial, Artesanal y de Servicios (CICOPA), opina que los gobiernos tienden a interferir en los asuntos internos de las cooperativas por lo que patrocinar un tratamiento especial hacia ellas sería una justificación poderosa para dicha interferencia; agrega que
“los gobiernos no consideran a las cooperativas como empresas, autónomas en sus decisiones y responsables por sus ganancias y pérdidas, antes bien, se las ve como organizaciones que puede controlar”.
Muestras del intervencionismo estatal en las cooperativas se encuentran en la antigua URSS con sus koljoses o granjas cooperativas; China con la conversión y posterior fracaso de 52.000 comunas en cooperativas; y Cuba donde el gobierno debió valerse finalmente del modelo cooperativo para superar el fracaso de las granjas estatales y e las empresas agrícolas socialistas convirtiendo la mayoría de esas granjas y empresas en Unidades Básicas de Producción Cooperativa – UBPC; y en el caso venezolano.
Sobran comentarios acerca del intervencionismo del gobierno actual en la constitución y funcionamiento de las cooperativas a lo largo de estos diez años. En este espacio cabrían perfectamente las consideraciones sobre los vaivenes del gobierno en lo conceptual y organizacional que condujeron al fracaso señalado al principio del este documento.
7.2.2.- Exigencia de respeto mutuo.
Muestras del respeto mutuo entre cooperativas y estados las observamos en países como Canadá en el que las cooperativas poseen amplio margen de acción y toman la iniciativa de modificar las leyes respectivas cada cierto número de años, siendo sus opiniones oídas en los parlamentos nacional y regionales, o los de la Unión Europea en el que se aprobó el Estatuto de la Sociedad Cooperativa Europea, siendo ellas ampliamente consultadas y consideradas en la redacción final del mismo.
En España, por ejemplo, a través del régimen del “pago único”, las personas desempleadas pueden obtener el equivalente de 2 años de beneficio de desempleo en una sola suma, si ellos establecen una cooperativa de trabajo asociado o una sociedad laboral; en Italia, gracias a la Ley Marcora los trabajadores de empresas en crisis de comprarla obteniendo, de una sola vez, tres años de beneficio en lugar del pago mensual por desempleo, más una contribución “uno a uno” del Estado canalizada a través de la Compagnia Finanziaria Industriale, controlada por las 3 confederaciones cooperativas y las 3 confederaciones sindicales. Miles de puestos de trabajo en crisis fueron salvados de manera sustentable en los 90s gracias a este sistema.
7.2.3.- Comprensión de las OES por los funcionarios públicos.
Los funcionarios de las diversas instancias gubernamentales deben comprender que las OES, particularmente las cooperativas:
01.- Exigen respeto absoluto de su autonomía en si idea de desarrollar la autogestión.
02.- Son organizaciones con bases principistas y con valores, organizaciones no pragmáticas ni productoras de dinero per se; que sus impactos, que bien pueden ser inmediatos y de gran escala pues hay experiencias exitosas que rebasan limites locales, son en primer lugar dirigidos hacia sus miembros y las comunidades aledañas y que con ellas no podrá resolver en lo inmediato los desequilibrios macroeconómicos.
03.- Deben constituirse a partir del problema que deseen resolverse por la vía del aporte y el trabajo colectivo y no de la constitución de una cooperativa “para cualquier cosa”. Esto indica la necesidad de la formulación de proyectos de maneras colectivas y serias, no que simplemente “lo haga el economista que sabe de eso para conseguir el dinero más rápido”.
04.- Se miden con dos tipos de instrumentos: a.- los económico-financieros en lo que a sus actividades empresariales sin fines de lucro se refiere, es decir, balances generales y estados de ganancias y pérdidas, por ejemplo; y, b.- el balance social en cuanto a impactos sobre las personas, comunidades, pobreza, procesos formativos, creación de empleo, aportes a comunidades, creación de riquezas, generaciones de relevo y otros ítems.
05.- Deben impulsarse, sin pretender apropiárselas, redes capilares que concedan prioridad a las necesidades de la estructura de la ES para la producción, transformación y mercadeo de sus servicios y productos, facilitándole la constitución de circuitos económicos propios.
06.- No producen “resultados macroeconómicos inmediatos”, que es necesario crear cooperativas, mutuales, y asociaciones con valores y principios cooperativos (hasta donde sea posible en el caso de las dos últimas) y con opciones reales de éxitos económicos.
07.- No se corresponden con los intereses de buhoneros u otras expresiones individualistas de capitalismo de baja escala (lo que no impide a los buhoneros constituir OES para defensa propia como redes de salud, cooperativas de vigilancia de sus depósitos, cooperativas de servicios sanitarios como baños públicos, guarderías para sus hijos, y otras), ni con expresiones políticas como los círculos bolivarianos o los consejos comunales ya que por muy social que sea el trabajo que realicen estas expresiones no surgen para enfrentar problemas y necesidades sentidas por sus miembros sino de una lógica individual o de política partidista.
En la base de lo señalado se ubicarán los valores y principios cooperativos, una genuina y demostrable participación, y la corresponsabilidad social. Se trata de poner en marcha un proyecto que la inercia burocrática no pueda detener; para ello es muy importante la colaboración externa.
Como instrumento fundamental de orientación, seguimiento, evaluación y determinación de cumplimiento o no de esa corresponsabilidad social debe establecerse el Balance Social; balance que debería extenderse a otras empresas de nuestra sociedad tal como en otros países. Deben explorarse apoyos de la ACI, de la Confederación de Cooperativas del Caribe y Centro América (CCC-CA), COLAC, y otros organismos de integración cooperativa.
7.2.4.- Respetar la Recomendación 193 sobre la Promoción de las Cooperativas (2002).
La Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo reconociendo “la importancia de las cooperativas para la creación de empleos, la movilización de recursos y la generación de inversiones, así como su contribución a la economía y que promueven la más completa participación de toda la población en el desarrollo económico y social”, aprobó esta recomendación que debe ser respetada por el Estado venezolano como firmante de la misma.
Aborda la problemática sobre el marco político y papel de los gobiernos, la aplicación de las políticas públicas de promoción de las cooperativas, el papel de las organizaciones de empleadores y de trabajadores y de las organizaciones cooperativas, y relaciones entre ellas, y la cooperación internacional entre otros aspectos. Ver Anexo C.
7.3.- CINCO EJES TRANSVERSALES COMO CLAVES DE ACCIÓN.
Enfrentar los problemas enunciados desde la perspectiva de las OES, obliga a establecer ejes transversales o comunes para los programas a desarrollar. Deberían ser:
- – Claro conjunto de Valores y Principios. La identidad cooperativa revela un conjunto de valores y principios que deben extenderse con claridad a las otras OES. En Canadá por ejemplo, las cajas de ahorro, denominadas cajas de economía, asumen los mismos principios de las Cajas Populares, es decir de las cooperativas de ahorro y crédito. Por su condición de OES esta adopción no será traumática, todo lo contrario.
- – Proceso: Formación ↔ capacitación ↔ Transformación. La calidad de un proceso transformador es directamente proporcional a la calidad de sus actores y de las acciones aplicadas. Solo la convergencia de saberes en un proceso tan complejo como la transformación socio-económica de una sociedad puede proporcionar éxitos con calidad. Experiencias cooperativas exitosas como la de Mondragón o más cercanas, como nuestras Ferias de Lara, demuestran la importancia de este eje.
- – Sistema Cooperativo de Autofinanciamiento. El eje anterior sin recursos para actuar es insuficiente; él, al igual que la autogestión, se fortalece con el autofinanciamiento. La primera fuente de recursos que debe tener una OES es la propia, es decir la del autofinanciamiento. Depender de aportes externos como los proporcionados por el gobierno en los últimos años o de contratos con una sola empresa, casos cooperativas – Pdvsa, solo aumenta la dependencia de las OES y su sobrevivencia dependerá de los “recursos que vienen de arriba” o de los “cobros por contratos”. Al respecto se recuerdan dos principios cooperativos:
– Tercer Principio: “Participación Económica de los Asociados. Los asociados contribuyen equitativamente al capital de sus cooperativas y lo gestionan de forma democrática. Al menos una parte de los activos es por regla general, propiedad común de la cooperativa. Normalmente reciben una compensación, si la hay, limitada sobre el capital entregado como condición para ser asociado. Los asociados asignan los excedentes para todos o algunos de los siguientes fines: el desarrollo de la cooperativa; la constitución de reservas, de las cuales, al menos una parte sería indivisible; y en beneficio de los asociados, este será proporcional a sus operaciones con la cooperativa y el apoyo de sus actividades, aprobadas por ellos mismos”.
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– Cuarto Principio: Autonomía e Independencia. Las cooperativas son organizaciones autónomas de autoayuda, gestionadas por sus asociados. Si firman acuerdos con otras organizaciones, incluidos los gobiernos, o si consiguen capital de fuentes externas, lo hacen en términos que aseguren el control democrático por parte de sus asociados y mantengan su autonomía cooperativa.
- – Activo proceso: Participación ↔ Integración. La participación es una herramienta necesaria para el acercamiento de las personas en la toma de decisiones concernientes al ámbito que las rodea y en los cuales deben tener inherencia; es decir que se puede llevar a cabo a nivel político, comunitario, social y laboral. Ella no se decreta ni puede calificarse por ley o decreto, no es protagónica, por ejemplo, porque simple calificación sino por el alcance y los impactos que puedan tener ciertos sectores en su realidad gracias a ella.
Variados son los conceptos de participación. El más sencillo, pero no menos interesante, es el del Pequeño Larousse: “Acción y efecto de comunicar, informar, tomar parte, intervenir, o recibir parte en una cosa”. Carmona, por su parte, la entiende como el «grado de responsabilidad e implicación de un grupo de sujetos con intereses propios en una actividad determinada con el fin de lograr sus objetivos. El Diccionario Enciclopédico Norma Castell lo define como la “forma de intervención social que le permite a los individuos reconocerse como actores que, al compartir una situación determinada, tienen la oportunidad de identificarse a partir de intereses, expectativas y demandas comunes y que están en capacidad de traducirlas con una cierta autonomía frente a otros actores sociales y políticos”[31].
Un concepto operativo de participación pudiera ser este[32]:
“Proceso voluntario mediante el cual las personas toman decisiones y se incorporan en los procesos administrativos, las funciones administrativas y el monitoreo de los impactos en el entorno de una organización, con miras a lograr a través de esas decisiones e incorporación, un beneficio general y compensaciones equitativas a sus acciones y aportes”.
Sin duda, la participación es un proceso al cual se le atribuyen ventajas desde el punto de vista organizacional, del desarrollo humano, social, cultural, político, etc.; y también desventajas y resistencia de ciertos sectores fundamentalmente los burocráticos y recuérdese que el ejemplo más ilustrativo del modelo burocrático es el militar. Una consecuencia casi inmediata de ella es que “se encarna en políticas, estructuras y procesos que permiten y estimulan que asociados y trabajadores se involucren de manera efectiva en la operación de la organización”.
La participación se apoya fundamentalmente en la libertad de sus actores para actuar como equipo; no puede ser impuesta ya que el ingrediente voluntario en ella es fundamental. En las OES el acto participativo debe efectuarse sin presiones ni contraprestación y además debe superar las responsabilidades asignadas, ir más allá, agregarle el valor de lo voluntario; debe surgir de la base y romper con los niveles superiores burocráticos reacios a los cambios.
De la modalidad participativa que se emprenda, dependerán transformaciones importantes en la sociedad y sus organizaciones, así como los niveles de concentración de poder, y la influencia en la calidad y pertinencia de las decisiones. En cuanto a dónde se participa, mientras más cercano esté el acto participativo de las decisiones estratégicas, más trascendente será la decisión.
Si los diversos niveles y procesos susceptibles de desarrollar participación se combinasen con los diversos estamentos sociales que pueden coexistir gracias a procesos de cooperación, se observaría la complejidad del proceso participativo y sus infinitas aristas y modalidades tales como la codecisión, la coparticipación, la participación accionaria, y la cogestión así como los acuerdos y las alianzas tan importantes para el proceso de cooperación.
Participación y cooperación intersectorial entonces sería la vía que ratifica la unión de los diversos sectores superando la exclusión y los enfrentamientos mediante el reconocimiento mutuo de personas y sectores con formulas de desarrollos participativos como las señaladas.
La vía idónea para propagar la cooperación es la integración misma, aquella que permite la constitución de cooperativas por cooperativas. El mejor grafico para imaginar ese proceso es el de una pirámide invertida, la cooperación debe extenderse a las relaciones internacionales.
05.- Un eje especial: Transformación del Hábitat en barrios y el campo.
A pesar del boom en la constitución de cooperativas, las políticas aplicadas en los últimos años no están concebidas en el marco de fortalecer el desarrollo local ni en el contexto de la consolidación de conjuntos sectoriales de la economía, donde las cooperativas tengan un rol central; la improvisación con su ir y venir de leyes y organizaciones gubernamentales impidió cambios reales en entornos geográficos y contextos potencialmente productivos como los barrios y el campo. Basta realizar estudios sobre la situación de los grandes barrios urbanos y de las iniciativas en el campo venezolano, particularmente de empresas y tierras expropiadas y confiscadas para concluir que no hay transformaciones visibles en esos espacios.
A ello se suma la inexistencia de un marco legal con instrumentos apropiados para proyectos que impliquen inversiones importantes en la transformación de ellos, lo dificulta el impulso de la Economía Social; como ejemplos pudiera considerarse el vacío legal existente en materia de tierras de los barrios y de normas modernas para desarrollar esquemas de corresponsabilidad y cogestión en la producción urbana y rural. Se requieren leyes para desarrollar programas bandera en materia de Transformación del Hábitat, leyes que reconozcan adecuadamente la inversión de la gente en sus casas alcanzando así las tendencias mundiales en la materia, leyes a muy largo plazo no sujetas a vaivenes políticos ni improvisaciones por cambios gubernamentales sean estos locales o nacionales.
7.4.- MATRIZ DE ACCIONES.
De las discusiones de base y de los encuentros surgirían las prioridades y acciones por tipo de organización (cooperativas, mutuales, asociaciones, institutos de previsión, cajas de ahorro, etc.), y por sectores (producción, ahorro y crédito, salud, consumo, transporte, etc.), así como las líneas de apoyo del sector público.
Seguidamente se presentan acciones para la discusión. Ellas serán oportunamente distribuidas en una matriz que considere: Acciones de los primeros 100 días de gobierno; acciones a los 6 meses; acciones a un año; acciones a tres años; y acciones a 6 años.
01.- Acción prioritaria: Creación del Ministerio de Economía Social (MINES) como unidad ejecutora de la política. Para que la Política de Estado planteada tenga “capacidad de aterrizaje” y los ejes transversales se crucen con otros sistemas políticos y sociales del país, en aras de la presencia constitucional de la ES, la unidad ejecutora debe ser una instancia política gubernamental de peso y con condición bifrontal, es decir que mire al interior de la Administración Pública y también al país, focalizando apoyos a las OES sin agredir autonomías. Debe ser un ministerio que subsuma al actual de las Comunas; debe asistir al Gabinete Económico y al Social.
Siendo así, el MINES debe tener suficiente jerarquía por lo que debe estar ubicado en el más alto nivel del Ejecutivo Nacional para así coordinar acciones hacia las OES y hacia los entes gubernamentales en el cumplimiento de los objetivos del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación considerando el Plan de Desarrollo de las OES.
Su Decreto de Creación debe precisar poseer una justificación, establecer su ámbito de acción y propósitos, subsumiendo el actual Ministerio de las Comunas y adscribirle las actuales superintendencias de Cooperativas y de Cajas de Ahorro, así como los entes de financiamiento del sector y de las microempresas que se determinen como el Banco de la Mujer, el Banco del Pueblo Soberano y otros, siempre que no choquen con las instancias propias y autonómicas de las OES[33].
El Ministerio debe acompañar el desarrollo de las OES sin imposiciones, respetando autonomías, y sin ínfulas de dirección política y de apropiación o confiscación de sus procesos; debe ser una instancia de convergencia nacional, libre de situaciones conflictivas, constituida para construir y no para enderezar entuertos; no debe ser presa de apetencias burocráticas y de supuestos cooperativistas buscando cargos. Entre sus acciones prioritarias estará el de realizar el Censo Nacional de OES. Con seguridad la ACI y otros países hermanos apoyarán técnicamente su organización y funcionamiento.
Quien coordine esa instancia no puede ser un improvisado o burócrata de oficio, debe ser conocedor de las OES, dominar su lógica de organización y funcionamiento, y ser seleccionado y nombrado por el Ejecutivo de una terna presentada por un conjunto representativo de las OES[34]. Igual para presidir las instancias adscritas.
02.- Acción prioritaria: Salvar lo salvable, particularmente aquellas cooperativas con potencial económico y principios. Se promoverán inmediatamente procesos que impidan que numerosas de las actuales cooperativas terminen de ir al cementerio creado por el gobierno. Se necesitaran rápidos y aplicados procesos formativos en lo administrativo – contable y en lo gerencial; reformular proyectos económicos y planes de negocio sobre la marcha y realizar intercambios de aprendizaje y laborales con experiencias exitosas. Dependiendo de los casos, se impulsarán procesos de planificación, fortalecimiento de la competitividad, innovación, y hasta reingenierías y reconversiones productivas.
Entre otras acciones se debe: 1.- Transformar en otro tipo de empresa las actuales supuestas cooperativas; y 2.- Apoyar con apoyos tecnológicos y administrativo-contables a las cooperativas comunitarias para que sean «vitrinas» de desarrollo comunal. Los financiamientos deben considerar proyectos con impactos sinérgicos como la creación de empleos y que sean formulados colectivamente y no por una sola persona que a la larga se convierta en la “dueña” de la cooperativa.
03.- Acción prioritaria: Promulgación de la Ley Orgánica de la Economía Social (LOES). La LOES sería una ley marco que concedería presencia a las OES en los diferentes sectores del país y facilite, mediante leyes especiales la constitución de cooperativas, mutuales y el asociacionismo. Debe establecer claramente el derecho de las OES de establecerse en cualquier sector socio-económico del país, lo que implica hacerlo en sectores hasta ahora “vedados” como sector bancario, seguros, salud, farmacéutico, y otros. Ese andamiaje debe incorporar las mutuales que ahora tienen rango constitucional gracias al MCV.
La LOES debe establecer el uso de los medios oficiales de comunicación, en particular la radio y la TV, para realizar programas en torno a las OES, destacando las experiencias positivas logradas en el país y la formulación de planes organizacionales o de negocios. Especial énfasis debe hacerse en pos de las OES de vivienda sean cooperativas o asociaciones civiles. El MCV por su parte debe impulsar también leyes estadales y ordenanzas para la ES.
04.- Creación de la Superintendencia Nacional de Economía Social (Sunes). Ella integraría las funciones de la actual Sunacoop y de la Superintendencia de Cajas de Ahorro; consideraría los institutos de previsión social, mutuales que se constituyan así como otras OES. Su objetivo fundamental sería evitar la existencia de falsas OES que por ser falsas debería revocárseles su condición de cooperativas y pagar impuestos.
En la Sunes reposará el registro de las OES. En aras de este proceso impulsaría pautas de Gobierno Electrónico facilitando mediante Internet la obtención de la denominación o nombre de las OES y el envío de los recaudos para el registro. También establecerá delegaciones regionales para facilitar sus acciones junto a los organismos respectivos de integración de OES, en el caso de constitución de cooperativas en Lara, por ejemplo, debería actuar junto a Cecosesola, el Consejo Cooperativo de Lara, y la Federación de Cooperativas de Crédito y Servicios (Fecoseven), por ejemplo, a criterio de quienes constituyan una cooperativa.
El Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) argentino y la Superintendencia de Economía Solidaria de Colombia pudieran apoyar su organización y funcionamiento.
05.- Fortalecer el andamiaje legal de las OES. El universo de leyes que abordan las OES en sus diversas modalidades debe ser modificado en aras de concederle direccionalidad; tendrán como cobija superior la LOES. El proceso considerará la LEAC y la Ley de Cajas de Ahorro, Fondos de Ahorro y Asociaciones de Ahorro Similares, la Ley de Tierras, y otras.
Prioridad en revisión tendrá la LEAC. Luego de 10 años de vigencia y aún sin Reglamento, esa revisión debe ser realizada por expertos y cooperativistas a la luz de la experiencia acumulada. Su modificación debería contemplar:
01.- Incorporar la tradicional tipología cooperativa: Cooperativas de producción de bienes y/o servicios, cooperativas de obtención de bienes y/o servicios, y las mixtas.
02.- Eliminar la obligación de ser socios trabajadores para los asalariados de las cooperativas de obtención y de los entes de integración, ello atenta contra del principio de la asociación abierta y voluntaria. Opcionalmente pudieran constituir una cooperativa de trabajo a ser contratada por aquellas.
03.- Incorporar la figura del cooperativismo estudiantil por su importancia para el futuro del movimiento cooperativo.
04.- Considerar las pre-cooperativas y los aprendices como fórmula para la puesta en marcha de la cooperativa y la creación de empleos entre otros aspectos.
05.- Regular la contratación de cooperativas por empresas públicas o privadas.
- Establecer el registro de las cooperativas en la Sunacoop mientras se establece en la SUNES.
En el caso de la Ley de Cajas de Ahorro, Fondos de Ahorro y Asociaciones de Ahorro Similares, se revisarán los valores y o principios establecidos y se precisará la doble condición de Asociación – Empresa de las cajas así como las pautas para la democratización de su funcionamiento. En ambas leyes y en LOES, se establecerán sistemas modernos y computarizados que sustituyan el engorroso tratamiento de los libros y la contabilidad.
06.- Realizar un Censo Nacional de OES. Sin cifras no se puede orientar el desarrollo del sector. El censo, particularmente el de cooperativas que debe partir de cero, debe superar las simples cifras de número de entes y asociados; se impone uno que proporcione cifras en empleos y operaciones, y realizarse puerta a puerta en lo posible y servirá para determinar el número real de cooperativas y proceder a la emisión de los certificados de liquidación de las inexistentes que se entregará a los registros en los que aquellas se inscribieron para hacer constar la extinción de la persona jurídica. Los cooperativistas colombianos y costarricenses pudieran enseñarnos sus procesos censales.
07.- Prioridad a lo Formación ↔ Capacitación ↔ Transformación. El eje formativo en cooperativismo y ciudadanía así como la capacitación para el trabajo es fundamental y el punto de partida debe ser el conjunto de saberes que los ciudadanos, particularmente de los barrios y áreas rurales poseen. Se impone la creación de una Red Formación ↔ Capacitación ↔ Transformación. que desde las OES, es decir, desde los consejos de educación de la cooperativas y con apoyo de la red formal de educación primaria, secundaria y técnica que reconozca y acredite esos conocimientos y apunta a elevarlos a niveles superiores sean técnicos o de tercer nivel.
Debe retomarse el INCE con la filosofía diseñada por el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa y los avances correspondientes, con el concurso paritario del estado, los empresarios, los sindicatos y las OES, reconvirtiéndolo hacia la formación de técnicos realmente capacitados.
08.- Constitución de la Escuela Técnica para la Transformación del Hábitat. Esta escuela se inscribe en la Red Formación ↔ Capacitación ↔ Transformación apuntando a la transformación del hábitat en barrios y en el campo parte de comprender solo la convergencia de saberes en un proceso tan complejo como la transformación socio-económica de una sociedad puede proporcionar éxitos con calidad; experiencias cooperativas exitosas como la de Mondragón, o más cercanas, como nuestras Ferias de Lara, demuestran la importancia de este eje.
La transferencia de conocimientos es una materia pendiente y fundamental para impulsar verdaderamente el nacimiento de entramados productivos de largo aliento, ya sea en la esfera de las OES, o del sector público o privado tradicional. Los saberes no son propiedad de personas o grupos sociales algunos, están en manos de todos los ciudadanos y todos los saberes son necesarios para superar problemas y se complementan. Una función básica de esta Escuela Técnica sería la de reconocer esos saberes, difundirlos y acreditarlos concediendo así a sus portadores un reconocimiento que apoye sus acciones laborales y ciudadanas. La sistematización de esos saberes coadyuvará sin duda alguna a elevar la calidad de vida de los ciudadanos de los barrios y el campo en la medida en que sean herramientas de transformación de sus realidades. La educación a distancia y las pasantías en oficios y organizaciones deben ser un eje de acción de esta Escuela.
- – ¡En cada escuela, cada liceo, cada universidad: una cooperativa estudiantil!. Bajo este eslogan los estudiantes de esas instituciones, con los docentes y personal administrativo como apoyos, tendrían espacios concretos en los cuales practicar los valores y principios cooperativos en actividades apropiadas como la producción y comercialización de productos agrícolas, artesanías, y otros; el servicio de cafetines, comedores, y compra colectiva de útiles escolares, uniformes, computadoras, etc.; el ahorro y el crédito; y otras cooperativas. En el caso de escuelas técnicas y universidades hasta pudieran ser potenciales cooperativas para el ejercicio profesional de los futuros egresados. Esta idea no es nueva. Se practicó bajo la modalidad de cooperativas escolares durante los 40s y los 50s con evidentes logros. Sin dudas que estas cooperativas serían el semillero del futuro cooperativismo.
10.- Constitución de Universidad Experimental de la Economía Social. En paralelo con la Escuela Técnica y como continuación de su labor, debería constituirse esta universidad con participación equilibrada de las OES (particularmente de los comités de educación), universidades, Ejecutivo Nacional, trabajadores, empresarios y comunidades organizadas. El carácter experimental es clave para facilitar salidas intermedias pero también de licenciaturas y postgrados orientados a la Investigación y desarrollo de las OES.
Acreditará experiencias y tendrá como objetivo estratégico la formación e investigación sobre las diversas aristas socio-económicas de las OES y sus necesidades de cambio e innovación con miras a convertirlas en actoras del quehacer nacional e internacional y mejorar sus procesos de formulación de proyectos, competitividad, calidad de productos y servicios y balances sociales. La universidad gozará de real autonomía de gestión y financiera al ser sostenida por la red OES – universidades – Ejecutivo Nacional sin que los aportes gubernamentales tengan incidencia preponderante en su gestión.
La universidad establecerá acuerdos con otras para facilitar estudios, investigaciones y acciones de extensión y servicios comunitarios para mejores acciones en los barrios y el campo; junto a la Escuela Técnica fortalecerá el eje transversal de la educación para el trabajo; la educación a distancia cobrará preeminencia. Su puesta en marcha se pudiera ilustrar con experiencias extranjeras como la Universidad del la Corporación Cooperativa Mondragón, el Infocoop de Costa Rica en cuanto a créditos; del Insafocoop de El Salvador o el Ipacoop de Panamá en asistencia técnica; y el del Idecoop de República Dominicana en consorcios intersectoriales e integración económica en proyectos de interés nacional.
11.- Red de Incubadora de OES. Entre las actividades a desarrollar por el instituto con las universidades nacionales y el empresariado privado y público, deberá estar el impulsar una Red de Incubadora de OES y otras empresas colectivas con apoyo, entre otros, de la Corporación Cooperativa Mondragón, de la Red de Incubadoras Brasileras; la Universidad de Lovaina, el INFES de Costa Rica, entre otras instituciones esta red puede ser posible; y la incorporación de la ES y del cooperativismo entre los ejes formativos del área de educación formal.
12.- Constitución del Fondo de Desarrollo de la Economía Social. A partir de una política común de integración y consolidación de las cooperativas de ahorro y crédito, las cajas de ahorro, y los bancos cooperativos que pudiesen constituirse desde la base y sin injerencia estatal salvo posibles aportes para el financiamiento de sectores preferenciales vinculados al área, el sector financiero de las OES debería apuntar a la creación de este fondo.
Esta figura sería fiscalizada por la Superintendencia de Economía Social (SUNES). Con base en é, pudiesen impulsarse Bancos de Recursos No Monetarios (maquinarias y equipos al servicio de las OES), y sistemas de cofinanciamiento en los que las OES aporten recursos, aparte de esfuerzos humanos como en la autoconstrucción mediante cooperativas de vivienda.
13.- Factibilidad de conversión de misiones, empresas socialistas y otras empresas a formas de OES. Esta delicada propuesta amerita un análisis de factibilidad para cada misión y empresa a convertir. Si el empoderamiento de los ciudadanos pasa por asumir sus propios retos y superar el paternalismo estatal, la condición de cooperativa permitiría ese logro siempre que se respeten los pasivos y adquisiciones accionarias de los trabajadores.
En el caso de las misiones, debe estudiarse la transferencia de solo algunas como Mercal y Vivienda, con el apoyo de ciudadanos que voluntariamente y con formación y capacitación previa deseen voluntariamente apoyar ese proceso. Mercal, por ejemplo, está condenado a la quiebra dada la alta dependencia del subsidio gubernamental; sus unidades de distribución pudiesen ser semillas de un cooperativismo de consumo de cumplirse los requisitos básicos, con estudios de factibilidad y participación económica de los potenciales asociados.
14- Programa Especial de desarrollo de cooperativismo de ahorro y crédito. Los cooperativismos exitosos en el mundo han partido del ahorro y de la educación como fórmula para impulsar sus procesos como cooperativas de consumo, de vivienda y de trabajo asociado (Caso Mondragón). Una red de cooperativas de este tipo se hace necesaria, ella debe conducir a la constitución, desde la base, de un sistema cooperativo financiero con forma de banco o de central financiera que apoye proyectos de OES tal como sucede con experiencias venezolanas como las de la San José Obrero de Punto Fijo, con 43.000 asociados, y Corandes en Tovar, Edo. Mérida, con 12.000, o en otros países como Alemania, Suecia, Francia, y Canadá.
15.- Reforma y colonización de tierras a través de cooperativas agrícolas. Basta de repartir tierras a “cooperativas” cuyos “asociados” solo desean pequeñas parcelas para sus viviendas y conucos. Sin negar el derecho a la posesión de pequeñas parcelas por lo campesinos, se debe recuperar la idea de los Centros Agrarios plasmada en la Ley de Reforma Agraria como ejes para procesos inclusivos de producción y desarrollo humano propuesta por Salvador de la Plaza. Un proceso integral de colonización de tierras que supere los límites de la “orilla de la carretera” es indispensable; se pudieran estudiar experiencia como la de la Colonia Agrícola de Turén y de otros países como las del Instituto de Desarrollo Agrario (IDA) de Costa Rica.
16.- Programa Especial de Promoción y Desarrollo del Sector Agrícola. Impulsar cooperativas de producción agrícola así como de compra de insumos, financiamiento propio, transporte y comercialización debe ser tarea prioritaria en los procesos de combate a la inflación, escasez de alimento y colonización de tierras.
17.- Programa Especial de construcción de viviendas mediante OES. Como se señaló, este constituye uno de los problemas de mayores impactos en los últimos años dados los deslaves, inundaciones, expropiaciones, leyes especiales, etc. Pudiera ser enfrentado por dos vías expeditas de la ES las cooperativas de vivienda y las asociaciones civiles de construcción de viviendas; en estas opciones deben considerarse las acciones de autoconstrucción y la experiencia de ciudadanos que, como lo demuestran los barrios, poseen experiencias en construcción. También deben considerarse la constitución de cooperativas de trabajo asociado en la fabricación de ladrillos y labores de carpintería por ejemplo, cooperativas de ingenieros y arquitectos, cooperativas de compras conjuntas de insumos, sistemas de financiamiento “en especies” antes que en dinero, y otras fórmulas asociativas asociadas.
Como no basta con construir la vivienda, el cooperativismo puede crecer gracias a cooperativas administradoras de condominios; guarderías, escuelas, ancianatos, servicios médicos y comedores como cooperativas de cercanías con la creación de empleos que estas y otras modalidades pudiesen originar. Un modelo de enseñanza lo constituye el cooperativismo de vivienda desarrollado por la Federación Uruguaya de Cooperativas de Viviendas de Ayuda Mutua (Fucvam).
18.- Programa Especial de Promoción y Desarrollo del Sector Transporte. Se establecerá un programa de financiamiento para centro de distribución de repuestos a niveles regionales, un Sistema de Seguridad Social para el sector.
19.- Programa Especial de Promoción y Desarrollo del Sector Turístico. Numerosas son las experiencias mundiales en este renglón; una línea directa de desarrollo de este programa sería el del Turismo Social para nacionales y extranjeros acompañado de OES de viajes, transporte, campamentos, posadas y otros servicios.
20.- Impulsar el mutualismo como pilar de la salud y la previsión social. Este proceso pudiese iniciarse mediante encuentros de difusión y aprendizaje con expertos de otros países y considerando las experiencias de los institutos de previsión del profesorado de algunas universidades nacionales. Su marco legal debe abrir compuertas a seguros, institutos de previsión, y fondos de jubilaciones, por ejemplo, y a incentivar formas cooperativas y mutualista de servicios de salud.
21.- Impulsar clusters y alianzas intra e intersectoriales de OES. El proceso natural de integración cooperativa en lo asociativo-gremial debe enriquecerse con una sólida integración económica que fortalezca sus procesos productivos y de comercialización nacional e internacional. En esta vía, tanto las alianzas como los clusters serán fundamentales para perfeccionar las estrategias competitivas de las OES, los modelos de inversión y la rivalidad sana entre ellas en cuanto a calidad, valor y productividad de sus factores de producción
22.- Impulsar alianzas con OES extranjeras. En la idea de la cooperación y formulas cooperativas señaladas estas alianzas son indispensables. Colombia con su variado tipo de cooperativas, particularmente las de prestación de servicios de salud; Canadá con su Movimiento de Cajas Populares Desjardins; Costa Rica y sus cooperativas de ahorro, de autogestión y mutuales; Argentina con sus mutuales; España con sus cooperativas de salud y sus cooperativas de trabajo asociado, e industriales como Mondragón; son experiencias de OES con las cuales debería impulsarse alianzas y procesos de capacitación en todos los niveles. Estas alianzas incentivarían estudios de cuarto nivel con miras a impulsar investigaciones propias y capacitación técnica en áreas críticas.
23.- Impulsar el Balance Social como instrumento de gestión de la Responsabilidad Social de las OES. Cada OES nace con una Responsabilidad Social “bajo el brazo”: la obligación de cumplir con quienes la constituyeron en la actividad asignada. Pero ello no basta, ante los problemas del país y particularmente en el caso de las cooperativas, debe fortalecerse la acción económica-empresarial, al mismo tiempo que por principios extender actividades a las comunidades cercanas incorporando entre sus fines la defensa de lo ecológico y el desarrollo sustentable. El Balance Social debe incluirse en la Ley Orgánica de Economía Social.
24.- Otras acciones. Del debate, reuniones y encuentros entre actores de la ES en primer lugar y ente ellos con los niveles gubernamentales luego, surgirán sin duda alguna numerosas propuestas que enriquecerán lo acá señalado. Estas acciones deben acompañarse de una campaña de «visualización» de experiencias exitosas cooperativas extranjeras: Foros, prensa, Web, etc.
– A MANERA DE CIERRE.
Más de 200 años de capitalismo no han solucionado los problemas álgidos de la humanidad, la globalización neoliberal es “más de lo mismo” pero a escala mundial. Los principales retos de las OES continúan siendo crear empleos, producir bienes, desarrollar democracias e impulsar la autogestión ahora en el marco de sus propios programas contra el hambre, la marginalidad y otras situaciones apuntaladas por los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS).
Las cooperativas particularmente si pueden responder a esos retos gracias a su principal fortaleza: la Identidad Cooperativa, pero deben desarrollar una cultura organizacional flexible que les permita adaptarse a los cambios y constituir apropiadas generaciones de relevo a fin de responder eficazmente a las necesidades no solo de sus fundadores y asociados sino de otros sectores de la sociedad.
Ello sin olvidar, caso venezolano, que el estatismo capitalista, si es militarista mas grave aún, es el peor de los capitalismos pues mientras el capitalista tradicional debe solicitar apoyo armado a la burocracia estatal para defender sus intereses y ésta considerará la conveniencia o no de hacerlo (recuérdese la interpretación de la Autonomía Relativa del Estado de Poulanzas), los jerarcas del capitalismo estatista simplemente actúan ya que poseen el doble monopolio de lo económico y el de las armas.
La vigencia plena de las OES para enfrentar problemas comunes, transformar sociedades y construir un futuro de oportunidades centrado en la felicidad humana no está en discusión; si lo está la manera utilitaria como ciertos gobiernos, empresas de capital, usurpadores del cooperativismo y funcionario públicos inescrupulosos se valen de ellas para burlar derechos ciudadanos y laborales.
[1] Fundador y director del Colegio Cooperativo de París. Investigador de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París.
[2] Laville, Jean-Louis, et al. Tiers système: une definition eurpeenne. En: Les entreprises et organisations du troisième système. Un enjou stratégique pour l´emploi. Bélgica: Fevrier, 2000. p. 107-130.
[3] Ver Oscar Bastidas Delgado. La Economía Social entre la Economía Popular y la Economía Solidaria. Aportes a la Identidad Organizacional. Prólogo de Mario Saúl Schujman. Serie Cooperativismo y Autogestión Nº 3. Caracas, Editora Galaxia C.A. 240 págs. Junio 2018.
[4] Ver Oscar Bastidas Delgado. Emprendimiento, Constitución y Gestión de Cooperativas. Prólogo de Miguel Fajardo (Fundación Universidad de San Gil, Colombia). Serie Cooperativismo y Autogestión Nº 2. Caracas, Editora Galaxia C.A. Mayo 2016.
[5] Kliksberg, Bernardo. Seis Tesis No Convencionales Sobre Participación. Cepac- UCV. Centro Documental Virtual.
[6] Recuérdese a manera de ejemplo que la Ley 454 de 1998. Ob. Cit.: “Tienen el carácter de organizaciones solidarias entre otras: …”.
[7] Estas inconsistencias las observó el autor en las interminables discusiones de una comisión parlamentaria responsable de elaborar el Proyecto de Ley de Economía Social en Venezuela (2004 – 2005) en la que participó un solo cooperativista, el abogado Pedro Chapón. Ante los vaivenes presidenciales y el uso intempestivo de ciertos términos, dicha comisión, dudó acerca de nombre a colocar al proyecto de ley: ¿Economía Social?, ¿Economía Solidaria?, ¿Economía Social y Solidaria?, ¿Desarrollo Endógeno?, ¿Economía Popular?, dominó éste último. Un ejemplar del borrador de trabajo en manos del autor, muestra los cambios.
[8] Ver http://buscador.eluniversal.com/1999/04/30/pol_art_30113GG.shtml Igual sucede con los términos: mutuales y economía participativa, cogestión, y autogestión, aunque en el caso de éstos dos últimos otras organizaciones también apoyaron su inclusión en la CN.
[9] Gueslin, A. L´invention de l´économie sociale. Económica. Paris. 1987. Citado por Defourny. Ob. Cit. p. 19.
[10] Ver Oscar Bastidas – Delgado. Propuesta metodológica para el estudio del comportamiento de las variables organizacionales en las cooperativas venezolanas con miras a determinar sus condiciones autogestionarias. En: Memoria del III Simposio Nacional de Economía Social. Gerencia de las Organizaciones de la Economía Social (OESs) del Ciriec – Venezuela. Evento Especial de la 52° Convención Anual de la Asovac. UCLA. Barquisimeto, 19 al 22 de Noviembre de 2002.
[11] El concepto de capital social, relativamente novedoso, se aplica cada día más en las teorías explicativas del funcionamiento de las OESs y particularmente de las cooperativas. Numerosas experiencias cooperativas pueden calificarse como capital social en marcha.
[12] Ver Oscar Bastidas- Delgado. El Cooperativismo en Venezuela. Taller de Diagnóstico del Cooperativismo en las Américas. Universidad de Costa Rica. Unircoop, 31- 3 al 2- 4- 03. pp. 80.
[13] Síntesis de lecturas de documentos de Ceconave hechas por el autor.
[14] Entrevista a Rafael Vitoria, Gerente de Cecobar, 10 de mayo de 2007
[15] Ant. Carlos Molina Graterol. Superintendente de Cooperativas. Un Balance del Cooperativismo en Venezuela 1966 – 2005. Ponencia en la Universidad Simón Bolívar. Marz0 2005.
[16] Palabras del primer mandatario“ … debemos utilizar cualquier espacio disponible, huertos familiares, huertos colectivos; el ministro Merentes tiene por ahí un proyecto de gallineros verticales –yo no he visto todavía ninguno pero le dije que quiero verlo, me dijo que ya tenía uno por allí instalado- un gallinero vertical en vez de, como no hay espacio horizontal para los gallineros, las ponemos así a las gallinas derechitas hacia arriba”. Aló Presidente del 04 de febrero de 2003.
[17] El autor visitó experiencias del Programa de Oxfam de Cuba que para ese momento incluía 22.000 productores y generaba entre 150 y 300 gramos de hortalizas y condimentos para 2,2 millones de personas por de la población cercana a la provincia de La Habana.
[18] http://www.soberania.org/Articulos/articulo_2423.htm 04/08/2006.
[19] Ver Últimas Noticias, 17 junio de 2007
[20] Ver Gaceta Oficial Nº 39.202, de fecha 17/06/09.
[21] Diario 2001. ¿Las cooperativas? Bien gracias. 23 de mayo de 2011. p. 4 y 5.
[22] En Cadafe paralizan la cogestión. El Universal 07/03/05
[23] Ultimas Noticias. Un acuerdo social en la Península de Paria. 22/07/2007. p. 16.
[24] Kliksberg, Bernardo. Seis Tesis No Convencionales Sobre Participación. Ob. Cit.
[25] Consejo Cooperativo Estadal Lara. SOS. La Situación Actual del Sector Cooperativo. 04/08/2011.
[26] Uno borrador de trabajo de la comisión muestra como el término Economía Popular sustituyó apresuradamente otros términos previamente discutidos solo porque el primer mandatario comenzó a hablar repentinamente de Economía Popular.
[27] Ver Oscar Bastidas-Delgado. Ocho razones para rechazar la figura de “cooperativa de financiamiento, ahorro y crédito comunales” en la Ley de los Consejos Comunales. Caracas, 26 de marzo de 2006. 17 págs.
[28] Los bancos comunales son exitosos desde hace varios años en países de Centroamérica; en Venezuela, con el mismo nombre pero con “k”, los bankomunales, son exitosos en estados orientales, particularmente Sucre y Nueva Esparta.
[29] Lafleur, Michel. Estrategia y personalidad cooperativas; primera modelización. En: El proceso estratégico en las organizaciones cooperativas. Proyecto de Formación en Gestión y desarrollo de las Cooperativas en América Central. Costa Rica: Editorama S.A., 2002. p. 1-27.
[30] Alianza Cooperativa Internacional – ACI. Resolución sobre Política y Legislación Cooperativa. Asamblea General de Seúl. Octubre 2001.
[31] Diccionario Enciclopédico Norma Castell. Barcelona: Editorial Norma, 1985.
[32] Ver Oscar Bastidas Delgado, Economía Social y Cooperativismo. Una Visión Organizacional. Ob. Cit.
[33] Un “cascarón vacío” de ES fue el cargo de Ministro sin Cartera para el Desarrollo de la ES (Sr. Nelson Merentes) quien no consideró las cajas de ahorro ni las cooperativas, y menos las respectivas superintendencias, en su planificación y adscripciones administrativas.
[34] Es de recordar que hasta la llegada del actual primer mandatario, el Superintendente de Cooperativas era seleccionado de una terna presentada al Ministro de Fomento por Ceconav
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