LÓGICA Y DEFINICIÓN DE LA ECONOMÍA SOCIAL

LÓGICA Y DEFINICIÓN DE LA ECONOMÍA SOCIAL

 Prof. Oscar Bastidas-Delgado.

Universidad Central de Venezuela (UCV).

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 El término Economía Social, al igual que el de Economía Solidaria, es de origen europeo, y ha sido criticado por supuesta redundancia de lo social por aquello de que lo económico también es social; sus defensores contraatacan afirmando que tal como está escrito es muy preciso pues apunta a colocar lo económico al servicio de las personas que es su principal objetivo.

Él nace con fisonomía propia en los albores del Siglo XIX al fragor de las nefastas consecuencias del capitalismo naciente con la Revolución Industrial. En torno a sus experiencias se conforma una corriente de economistas autodenominada Escuela de Economía Social, y ya en 1830, Defourny, al hablar de sus fuentes y remontarse a las utopías y al asociacionismo obrero del S. XIX señala que ya en 1830 Charles Dunoyer había publicado en París su Nuevo Tratado de Economía Social y en esa misma década se impartió un Curso de Economía Social en la Universidad de Lovaina[1]; ambas actividades se insertan en la faceta de la ES como campo del conocimiento.

Defourny agrega, citando a A. Gueslin[2], que desde entonces y hasta finales de ese siglo, la ES no pretendió ser, ni más ni menos, que otra forma de hacer política económica: “Todos sus defensores estaban sensibilizados por el tremendo coste humano de la revolución industrial y reprochaban a la ciencia económica dominante el que ignorase la dimensión social”.

En referencia a una afirmación del profesor Henri Desroche sobre un coloquio de 1890, Defourny agrega que se pueden “identificar a lo largo del S. XIX en Francia una escuela socialista o que tendía al socialismo, una escuela social-cristiana reformista, una escuela liberal y una escuela solidaria”[3]. De solo existir estas escuelas para el año señalado, pudiera pensarse que, al menos en Francia, ya la Escuela de Economía Social se había asimilado a la socialista.

Desde entonces el término se fortalece y extiende en el planeta y es referente para explicar otros relativamente novedosos como Economía Solidaria, subsector de la ES de realmente construir el valor de la solidaridad, y la reciente Economía Colaborativa.

  1. – LA LÓGICA DE LA ECONOMÍA SOCIAL.

Toda economía es social en la medida en que no puede funcionar sin el compromiso de las personas, sin instituciones que contengan esfuerzos y recursos direccionados en aras de objetivos, y sin el apoyo de las comunidades y del Estado[4], sin embargo, y esto es clave, cuando lo social se considera adquiere carácter secundario en relación a los aspectos económicos.

Numerosos defensores de la ES rechazan la magno-presencia del mercado, aunque aceptan la existencia de un “espacio” en el que los asociados y otras Organizaciones de la Economía Social (OES) adquieren y se benefician de los bienes y servicios producidos por sus OES. Esta reflexión obliga a distinguir entre una “sociedad de mercado” con respecto a una “sociedad con mercado”, términos no semejantes. Bajo esta concepción, la construcción de circuitos propios de intercambios que no permitan fugas de valores hacia otras economías es un problema de primer orden para las OES pues solo así será posible construir una sociedad con bases en los valores, principios y lógica que esta economía genera[5].

Obsérvese lo afirmado en un ejemplo aplicado a problemas de salud en esta época de pandemia por Covid -19 formulado con propósitos pedagógicos: ¿ante los altos costos de las clínicas privadas y lo tardío en cuanto a citas para consultas de los hospitales públicos, quiénes más interesados en que unos niños tengan salud y atención médica?, ¿los médicos de la clínica privada, los del hospital público, o los padres? La respuesta es obvia: ¿entonces por qué los padres no pueden unirse y decidir voluntariamente constituir y poner en marcha un consultorio o servicio médico propio sobre bases asociativas?.

Entre otros, los pasos siguientes son previsibles: formular colectivamente el proyecto organizacional y el plan de negocio, decidir la constitución de la OES en asamblea, habilitar un local común y contratar un galeno que atienda la comunidad, y aportes únicos como capital inicial y aportes periódicos para mantenimiento. Al actuar así, los padres cumplirían con sus responsabilidades individuales con sus hijos, socializándolas al “depositarlas colectivamente” en la OES constituida, OES cuya primera responsabilidad social, su misión si se desea, es satisfacer las necesidades de sus asociados pues para eso fue creada. Ello sin olvidar que las responsabilidades no se delegan pues los padres deben velar por la salud de los suyos.

Actuar con esta lógica se encuentra en muchos sitios. Un sinnúmero de organizaciones de hecho y de derecho la aplican teniendo todas al asociacionismo como valor base. Ellas se conocen generalmente con la trilogía asociaciones – mutua­les – cooperativas, o con nombres específicos o lugareños como fondos de empleados, cajas de ahorro o cajas de economía; empresas de traba­jo familiar; organizaciones comunitarias, vecinales, comunales, no todas; u otros calificativos.

La lógica aplicada se corresponde con la decisión voluntaria de actuar colectivamente y con recursos propios para enfrentar problemas o realizar sueños comunes de quienes las constituyen y no para generar ganancias como en las empresas de capital. Como cada aporte tiene nombre y apellido, lo que contablemente queda al final de cada año no es ganancia sino excedente o sobrante como dicen en Puerto Rico, las OES no persiguen lucro y por ende no deben pagar impuesto sobre la renta[6].

De lo dicho surgen interrogantes propias de esta lógica organizacional: 1.- ¿al servicio de quiénes está la organización?; 2.- ¿tiene algún participante preponderancia decisional sobre los otros?; y 3.- ¿los excedentes pertenecen a la cooperativa o a algún miembro en particular?. Las respuestas son obvias.1- la organización está al servicio de quienes la constituyen y “depositaron” en ella sus responsabilidades individuales; 2.- ningún miembro debe tener preponderancia en las decisiones pues están igualados por el problema y no por los aportes; y 3.- ninguno tiene derecho a apropiarse del excedente, este deberá devolverse a cada miembro de manera proporcional a lo aportado, salvo que en asamblea se tome otra decisión.

Sobre lo señalado pudiese formularse una primera aproximación a la lógica organizacional de las OES:

1.- Surgen cuando un grupo de personas identificadas y cohesionadas por la necesidad de enfrentar un problema común se asocian para hacerlo directamente, colocando su acento en las personas sin intermediación alguna.

2.- Funcionan bajo el principio de “una persona un voto”, desarrolla una gestión democrática sin preponderancia decisional de alguno. En el peso decisional similar influye, sin que obligatoriamente sea así, que los asociados tienden a aportar montos similares.

3.- De repartir excedentes, se haría de manera equitativa o proporcional a lo aportado o generado mediante esfuerzos y trabajo por el respectivo asociado en la actividad propia de la cooperativa, sin aplicar la lógica del capital como inversión.

4.- De prestar la OES servicios a terceras personas o no asociados, lo haría en las mismas condiciones de los asociados y, de ellos generar ingresos y por ende aumentar excedentes, se deben establecer mecanismos para no lucrar a la cooperativa o a sus asociados, depositando esos excedentes en un fondo de educación, y hasta de responsabilidad social para retornarlo a la comunidad y evitar ese lucro.

02.- LA ECONOMÍA SOCIAL COMO COMPLEMENTARIA DE OTROS SECTORES.

Henri Desroche señala la existencia de diversas interfaces de la Economía Social en sus relaciones con otros sectores de la sociedad, incluyendo organizaciones de la economía de capital y la pública, pero en su análisis agrega el sector sindical o de empresa paritaria patrono-empleados y el nivel local o comunitario[7]. Afirma que los sectores que voluntariamente se relacionan con las OES son abiertos a actividades comunes con ellas por lo que las empresas que surgen de esas interrelaciones pueden denominarse participativas, comunitarias o concertadas.

Las interfaces obligan a precisar linderos para evitar confusiones. Los gobernantes populistas no dejan pasar ocasión para resalta sus acciones y formular promesas considerando las OES mientras que los economistas aman relacionarlas con el mercado neoliberal olvidando su potencial integrador; sin pretender ocultar las ventajas de lo público y del mercado para las OES, sería un error no considerar sus límites.

Considerando que los linderos entre estos sectores son frágiles y difusos y por lo tanto sujetos a discusión, Desroche desarrolla cuatro interfaces.

Son:

 – Interface ES – Sector Público o empresa concertada. Acá entran las acciones u organizaciones puestas en marcha entre ambos sectores para efectos de salud como institutos de previsión social con centros de salud autogestionarios o cooperativas y empresas comunitarias de salud, casos de Colombia y Costa Rica; mantenimiento de obras, aseo urbano y recolección de material reciclable como la Cooperativa Recuperar en Colombia; transporte municipal y otras.

En América Latina han proliferado diversos programas sociales gubernamentales operados por OES como los de distribución de leche infantil, ejecutado en algún momento por centrales cooperativas regionales asociadas a la Central Nacional Cooperativa de Venezuela (Ceconave).

En Medellín, Colombia, existe un interesante complejo farmacéutico integrado por ambos sectores, cuya figura más ilustrativa la constituye la Cooperativa de Hospitales de Antioquia (Cohan), persona jurídica de derecho privado, organizada bajo la forma de Administración Pública Cooperativa, que asocia e integra más de 150 instituciones hospitalarias del Sistema General de Seguridad Social en Salud, adquiriendo un alto porcentaje de sus insumos con excelentes economías de escala.

– Interface ES – Sector Privado o empresa participativa. Esta interface asume acciones y organizaciones como las que surgen mediante contratos entre OES y empresas privadas donde aquellas protegen los ahorros de sus trabajadores (cajas de ahorro, fondos de empleados o cajas de economía) con aportes patronales y por ende, con cierto control de éstas; contratos de servicios y outsourcing prestados por OES a empresas privadas o viceversa; contratos integrales de servicios o producción en los que, por ejemplo, una cooperativa sustituye parcial totalmente una empresa privada como CTAs que laboran mediante franquicias; compras mutuas; y otras.

– Interface ES – Sector Local o empresa comunitaria. Esta interface puede combinar varias de las modalidades anteriores. Es común observar OES, particularmente asociaciones y cooperativas, que juegan roles protagónicos en asuntos de desarrollo local y son numerosas las asociaciones que bajo forma de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y de Organizaciones de Desarrollo Social (ODS), de asociaciones predesarrollo, de juntas de vecinos, u otras, actúan en esta interface[8].

– Interface ES – Sector Sindical o empresa paritaria. En este complejo de relaciones tienen presencia las OES de carácter masivo como las cooperativas de consumo, las cajas de ahorro o cooperativas de ahorro y crédito; las mutuales de previsión y salud para los trabajadores de diversas empresas gestionadas directamente por los trabajadores como en Argentina y Alemania o por los sindicatos y empleados contratados a tales efectos como en Israel, Bélgica, Canadá o Francia.

 

03.- UNA DEFINICIÓN OPERATIVA DE ECONOMÍA SOCIAL

El término ES abarca un amplio panorama organizacional, incluye desde asociaciones de voluntarios y organizaciones de asistencia al estilo de la Cruz Roja, el Rotary Club o numerosas ONG, pasando por fundaciones y variadas asociaciones hasta mutuales y cooperativas con alto peso económico. Esa amplitud dificulta formular una definición precisa con “linderos propios” o rasgos distintivos como vía idónea para profundizar en su conocimiento y perfeccionar su funcionamiento mediante aportes teóricos apropiados. Tanto la dimensión real como la teórica son de importancia capital para la Teoría Administrativa[9].

Si por Identidad Organizacional se entiende al conjunto de rasgos que distingue determinado grupo de organizaciones diferenciándolas de otras, rasgos a considerar según variables de orden sociológico, histórico e institucional[10], precisar la identidad de las OES permitiría determinar cuándo una organización pertenece legítimamente a ellas. Esto es pertinente para que 1.- sus protagonistas las conozcan y conduzcan por apropiadas vías de transformación social; 2.- conocer sus ventajas competitivas a efectos de mejor interrelación e integración con OES u otras formas organizacionales; 3.- facilitar que otros sectores poblacionales visualicen esas interrelaciones; y 4.- que los investigadores que deseen determinar los espacios de las OES actúen.

Éste artificio de los “linderos propios” es utilizado por varios autores e instituciones como Cháves y Monzón en su definición; por el Comité Consultivo de la Comisión Europea de las Cooperativas, Mutualidades, Asociaciones y Fundaciones; por Laville para determinar la inclusión de las organizaciones en la Economía Solidaria; y por la Carta de Principios de la Economía Social (CEP-CMAF) que enuncia los principios como rasgos de la ES, entre otros usuarios del artificio.

En cuanto a definir la ES, numerosos han sido los intentos pero no quienes precisan los rasgos comunes o identidad en el mundo de las OES. Destacan cuatro: 1.- Definición del Comité Nacional de Enlace de las Asociaciones Mutualistas, Cooperativas y Asociativas (CNLAMCA); 2.- Definición del Consejo Valón de la Economía Social; 3.- Definición como Tercer Sistema; y 4.- Definición de Cháves y Monzón.

También existen enfoques o conjuntos de criterios para esclarecer el término; destacan: 1.- Enfoque Tradicional o del Comité Consultivo de la Comisión Europea Permanente de las Cooperativas, Mutualidades, Asociaciones y Fundaciones (CEP-CMAF)[11]; 2.- Enfoque Non Profit Organisations (NPO); 3.- Enfoque de B. Gui; y 4.- Enfoque de la Comisión Científica del Ciriec-España. Es de precisar que ningún enfoque abordó el tema de las economías de escala en las OES, rasgo de obligatoria consideración al analizar el funcionamiento.

 Considerando esas definiciones y enfoques, con apoyo en una matriz de doble entrada, el autor las 34 características o rasgos de las OES determinadas fueron fusionadas sobre similitudes en una lista que permitió elaborar un listado de rasgos que apoye establecer la identidad de las OESs y formular un concepto operativo de Economía Social.

La síntesis de esas características permitió identificar catorce rasgos como base de la identidad; obvio, no deben verse aislados, todos conjugan una especial sinergia, son los siguientes:

1.- Finalidad. Servir a sus miembros o a la colectividad gracias a un interés común o mutuo.

2.- Propiedad. Régimen especial de propiedad, ningún autor específica cuál pero sus emprendedores regularmente aportan el capital y actúan como propietarios.

 3.- Valores y principios. Particularmente las cooperativas y las mutuales poseen un cuerpo definido de valores y principios entre los que destaca el de la solidaridad.

 4.- Formalidad organizacional. Poseen organización formal establecida en un estatuto legal específico con objetivos establecidos en aras de una masa social específica.

5.- Ingreso de asociados. Por adhesión voluntaria y abierta.

6.- Relaciones entre asociados. Igualdad de derechos y deberes, cada asociado un voto.

 7.- Recursos. Proceden principales de aportes voluntaros efectuadas por los hogares en su condición de consumidores, de pagos de las administraciones públicas y de rentas de la propiedad.

8.- Participación. La toma de decisiones por asociados no está ligada directamente al capital aportado; participación voluntaria en el desarrollo de sus actividades.

9.- Funcionamiento. Gestión democrática, autonomía de gestión, control democrático por sus miembros desde la base.

10.- Relaciones trabajo-capital. Primacía del hombre y del objeto social sobre el capital, también en el reparto de los excedentes.

11.- Lucro. No persiguen fines de lucro.

 12.- Distribución de excedentes[12]. Aplicación de los excedentes al objeto social mediante su reinversión o distribución según los deseos de sus miembros bien para creación de empleo, realización de actividades, creación de nuevas empresas, retorno sobre los capitales invertidos, mejor servicio a los miembros, actividades socioculturales, etc. La distribución no está ligada al capital aportado por cada socio.

13.- Relaciones con otros grupos de personas. Conjunción de los intereses de los miembros, usuarios y/o del interés general.

14.- Relaciones con el Estado. Autonomía de gestión e independencia de los poderes públicos, autogobierno de la propia entidad, disponiendo ésta de una regulación propia de sus órganos de gobierno que no pueden estar sometidas a entidades públicas y privadas”.

Con base en esa síntesis, el autor formuló la siguiente definición operativa de Economía Social[13]:

 La Economía Social puede entenderse como el conjunto de actividades económicas privadas realizadas por organizaciones provistas de estatuto y valores, constituidas voluntariamente por grupos de personas que democráticamente y con recursos propios, produciendo bienes y servicios en aras de satisfacer sus necesidades comunes y las de sus comunidades sin intermediarios ni fines de lucro, remunerando el trabajo y con reparto de excedentes proporcionales a la labor o aportes de quienes contribuyan a conformarlo, asegurando o financiando sus actividades sin dependencia alguna de entes externos. Sus principales expresiones organizacionales son las asociaciones, las mutuales y las cooperativas.

 

 Fuente principal.

Bastidas Delgado, Oscar (2020). Economía Social, Economía Solidaria y Economía Popular. Precisiones Organizacionales. ECONOMÍA SOCIAL, ECONOMÍA SOLIDARIA Y ECONOMÍA POPULAR. PRECISIONES ORGANIZACIONALES. eBook: Bastidas – Delgado, Oscar: Amazon.es: Tienda Kindle

 

NOTAS.

 [1] Ver : Jacques Defourny (S/f). “Orígenes, contextos y funciones de un tercer gran sector” en José Luís Monzón y Jacques Defourny. Economía Social. Entre Economía Capitalista y Economía Pública. Ciriec- España. Valencia. pp. 17- 21.

[2] Gueslin, A. (1987). L´invention de l´économie sociale. Económica. Paris. Citado por Defourny. Ob. Cit. p. 19.

[3] Sería interesante estudiar las influencias de ésta última en el concepto Economía Solidaria.

[4] Lévesque, Benoit, et Mendell, Marguerite (1999). L´économíe sociale au Québec: éléments théoriques et empiriques pour le débat et la recherche. Cahiers du CRISES (Collectif de recherches sur les innovations sociales dans les entreprises, les syndicats et l´économie sociale), UQAM, Montreal.

[5] Ver Armando de Melo Lisboa. «Economía Solidaria: similia, similibus curentur» en

www.milenio.com.br/ifil/res/bblioteca/lisboa1.htm

[6] Bastidas-Delgado, Oscar (2001). Bases para el estudio de la corresponsabilidad social y la integración en el cooperativismo venezolano. Mimeografiado.

[7] Desroche, Henri (1983). Pour un traité d’économie sociale. Paris, CIEM, .

[8] Ver Mireya Vargas (1999). “Organizaciones intermedias de desarrollo en Venezuela”. Sic, Nº 619.

[9] Kliksberg, Bernardo (1990). El Pensamiento Organizativo. De los dogmas a un nuevo paradigma Gerencial.12va edición. Editorial Tesis. Cáp.4. Administración:¿ciencia, arte o técnica?. pp.28- 42.

[10] Barea y Monzón, Ob. Cit. p.14.

[11] Éste Comité también impulsó la Carta de Principios de la Economía Social.

[12] Algunas definiciones o enfoques hablan de ganancias, término que se descarta por no perseguir fines de lucro las OESs.

[13] Bastidas Delgado, Oscar (2010).  Economía Social y Cooperativismo. Una Visión Organizacional. Prólogo de Bernardo Kliksberg. Editorial Universidad de San Gil / Distribuidora Norma, Colombia.

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